Los investigadores no saben cómo ni por qué el niño fue con ella a la finca de Rodalquilar pero que era "bueno" y si ella le pidió que le acompañara, lo habría hecho
El Teniente Coronel Jefe Accidental de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, José Hernández Mosquera, y el Comandante de Unidad Central Operativa (UCO) Jesús Reina que han estado al frente de la investigación de la desaparición y muerte del pequeño Gabriel, han comparecido ante los medios de comunicación para contar los detalles de la denominada Operación Nemo “en homenaje” a la ola de “pescaítos” que ha invadido el país en solidaridad y apoyo a sus padres, Ángel y Patricia.
Reina, adelantando que no son psicólogos forenses, sí ha marcado el perfil policial de la asesina confensa, Ana Julia Quezada, la en ese momento pareja del padre, destacando su “frialdad al máximo, su falta de preocupación por los otros, obsesiva, egocéntrica, y manipuladora”. Ha añadido que "Ana Julia interpretaba farsas con los medios, con nosotros y con los familiares"
En ese punto han reconocido que no tienen todas las respuestas pero sí todas las pruebas que determinan la autoría, según su criterio, del crimen por parte de Ana Julia, sin ayuda ni cómplices recordando que hasta en tres ocasiones tuvieron que desmentir en esas dos semanas, la posible implicación del padre, Ángel. Es decir, de momento no se ha podido establecer cómo ni por qué Gabriel subió al coche en dirección a la finca de Rodalquilar en vez de seguir en dirección a casa de sus primos a jugar, como era su propósito. Sí han afirmado que “Gabriel era un niño bueno y, si ella le pide que suba al coche, él sube”.
Además, "los padres educaron en todo momento al niño en el amor y el respeto, en ningún momento Gabriel pudo hacer esos insultos", que según la declaración de la criminal confesa, fueron el detonante del forcejeo en el que ella le golpeó con la parte de atrás de un hacha, y posteriormente lo asfixia con las manos.