Opinión

Política social, de verdad

Carolina Latifa | Lunes 02 de marzo de 2015

Fue la mejor decisión de la legislatura. La gran medida de política social, sin duda. Así lo afirmó el presidente, Mariano Rajoy, en el reciente debate del Estado de la Nación. Evitar el rescate ha salvado nuestro Estado del Bienestar. España ya ha entrado en la recuperación económica y ahora es el momento para la recuperación social, para mejorar las ayudas a las familias, a la contratación indefinida, a la conciliación de los trabajadores autónomos y, sobre todo, a las personas más desfavorecidas.

Precisamente, la semana pasada visitó Almería Susana Camarero, secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, para trasladarnos el compromiso del Gobierno con los andaluces y los almerienses. Aplicar medidas económicas y sociales que ayuden a remontar la tasa de paro o sacar adelante proyectos, como el nuevo centro de la asociación ASPAPROS para personas con discapacidad, son apuestas serias y realistas y no una mera declaración de intenciones.

Se impulsa, pues, la agenda social del Gobierno, pero no se estrena ahora. Desde el primer momento se han mantenido los servicios sociales y el Estado del Bienestar, aprobando, por ejemplo, el Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades, donde el empleo, la lucha contra la discriminación salarial, la conciliación y la erradicación de la violencia de género son sus ejes prioritarios.
Son medidas reales, no como las de quienes se presentan como apóstoles de lo social cuando lo que, en realidad, esconden son políticas de cartón piedra, como las de Susana Díaz y la Junta de Andalucía, que conceden un curso remunerado a 25 mujeres maltratadas y lo acaban suspendiendo por falta de dinero.

Al igual que estas 25 mujeres, otros andaluces están sufriendo aún los efectos de la crisis. Por ello, el Gobierno de Rajoy ha preparado la Ley de Segunda Oportunidad, que contempla la dación en pago, y medidas como la rebaja de cotizaciones para contratos indefinidos. También ha anunciado la supresión de las tasas judiciales para las personas físicas, la conciliación en autónomos o la ayuda a familias monoparentales de dos hijos. Y no se preocupen que, al contrario que Susana, no va a jugar al “ahora te doy, ahora te quito”.