Al Hakam Morilla Rodríguez | Lunes 23 de marzo de 2015
Cuando el oscurantismo de la ignorancia, de la barbarie genocida, golpea a Túnez disfrazándose de cualquier interés, ideología o creencia, hiere a Andalucía en lo más hondo de su alma. Por allí generosa durante siglos se volvió fecunda nuestra misma sangre, hecha de deportaciones, marginación y olvido.
Nos duele que se desprecie a la Civilización de las Mil y Una Noches con declaraciones, ofensivas a toda inteligencia, como las del rabino ortodoxo israelí en los territorios ocupados, Nir Ben Atzi (Sama News): "Dios ha lanzado al emirato islámico contra las naciones que quieren acabar con Israel", reconociendo implícitamente que sus atrocidades contra minorías étnicas, kurdos, sunnitas, chiítas o cristianos incrementan la desconfianza hacia los musulmanes, animan a nuevos colonos del mundo a residir en Palestina, y así se fortalece el proyecto neocolonial del sionismo.
Nos conmueve que el excolaborador de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad norteamericana) Edward Snowden, el mismo que desveló la estafa colosal de espionaje masivo de los "Five Eyes", confesase el pasado año que los servicios secretos de inteligencia estadounidense, británico e israelí (Mossad) habían creado una organización terrorista para atraer a todos los extremistas del planeta hacia Oriente Medio.
Nos enerva que el general retirado norteamericano Wesley Clark, comandante supremo aliado en Europa (1997-2000), revelase en la CNN a finales de febrero pasado con absoluto cinismo: "El Estado Islámico comenzó a través de la financiación de nuestros amigos y aliados", y siguió diciendo: "si se requiere a alguien que luche a muerte contra Hezbolá, se busca a fanáticos y fundamentalistas. Solo ellos pueden lidiar contra Hezbolá". En realidad, si quisiesen con el potencial bélico y los medios de los que dispone la OTAN, junto con decenas de países aliados, esas cucarachas con capucha no durarían ni venticuatro horas... ¿a quién beneficia y por qué que no se acabe con ese espantajo grotesco?
Nos produce grima que haya quien quiera justificar ahora al tirano genocida al-Assad en Siria. Ese fino estratega de pacotilla, asesorado por consejeros militares rusos, liberó a comienzos de la lucha popular contra su régimen a dos mil radicales integristas que estaban en sus cárceles, por aquello del "divide y vencerás". Por suerte, esa escuela del antiguo Imperio Romano la conoce muy bien para desactivarla Federica Mogherini, nuestra italiana Ministra de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE. Al mencionar Netanyahu "la seguridad de Israel", aprovechando el atentado de Túnez con el mismo oportunismo de los de París y Dinamarca, le replicó con altura moral que "la seguridad de Israel es permitir que los palestinos tengan un Estado propio".
Pero lo más repugnante de todo, después de las masacres hipermediatizadas y de toda esa tramoya en la sombra, se manifiesta en la acrítica difusión propagandística que la prensa mundial le da a las salvajadas. ¿Ya no es una regla periodística que si se difunden acciones y proclamas de terroristas se les retroalimenta...? ¿A quiénes podría resultarles útil la clásica Docrina del Shock permanente para ocultar la insaciable avaricia de algunos, o para hacer tragar a los trabajadores la implantación de políticas neoliberales en lo económico y recortes de libertades de creciente brutalidad?
¿Qué les queda ya a esa gentuza enemiga de lo humano, la cual impone sus egoístas intereses al tratar a los ciudadanos como enemigos o rehenes para encubrir su codicia y mezquindad, golpear en el E. español en la coyuntura electoral de este año para darse publicidad en Latinoamérica de paso? Un Estado moderno y desarrollado debe tener servicios de contrainteligencia con un mínimo de profesionalidad, con el objeto de evitar maquinaciones extranjeras contra sus ciudadanos, no permanecer en la inopia de la ineptitud. Para cazar ratones colorados se encuentran a puñados machotes muy capaces... para las criminales víboras o las garduñas a sueldo se requieren expertos de verdad.
No solo llevamos los andalusíes de conciencia a Túnez en el corazón porque alrededor de una tercera parte de ese Pueblo sean originarios de la Península Ibérica, emigrados o exiliados allí a lo largo de la historia, como el sevillano Ibn Jaldún (del que el mismo Marx se confesó humilde discípulo), Ahmed Bejarano, Al-Hachari, Ibn Abdel-Rafi y tantos genios inmortales que no se pueden contar.
“Mediante la solidaridad de la asabiya (cohesión social que da Compartir) los seres humanos logran su defensa, su resistencia, sus reclamaciones y la realización de todo proyecto en pro del cual encauzan sus fuerzas unidas” Muqaddima. Ibn Jaldún.
Pensábamos que las guerras eran un asunto concerniente a los militares. Sin embargo, en la eterna "guerra contra el terror" en la que estamos embarcados todos a la fuerza, dictada por Bush en su día hasta hoy, para satanizar al enemigo primero hemos de deshumanizarlo. El problema reside en que al fabricar al mamarracho los media se desdibuja el adversario real, y así no puede ser derrotado.
Puede causar estupor que en sociedades musulmanas, cuyo cotidiano saludo es Paz o Salam y en cuyo seno del Creciente Fértil surgió la Civilización Humana, ahora parezca bomba va, masacre viene, que han sido abducidos por el belicoso espíritu de los mongoles de los tiempos de Gengis Khan.
Hemos de preguntarnos, en primer lugar, por qué el estado de Israel hace tiempo que no conoce terroristas que se despanzurren explosionándose y a qué se debe que los "comandos" suicidas se inmolen en otras latitudes, como Yemen, Nigeria o Pakistán. La pista del dinero nos llevará a desvelar el interrogante. Entre los palestinos eso no sucede ahora, cuando en apariencia por el sistemático genocidio que sufren debieran ser los más dispuestos, por la sencilla razón de que el gobierno israelí criminaliza a la familia o clan del "mártir" deportándoles a otros lugares, arrasando su vivienda desde los cimientos y condenándoles a la marginación y a la miseria. Nos parecerá cruel desde una visión occidentalista pero así evitan, en su feroz lógica colonial, que millonarios del Golfo Pérsico o del mundo musulmán premien con falsa caridad a sus parientes más cercanos, sirviendo de ejemplo a otros.
Del mismo modo resulta extraño la pretensión de que una de las fuentes de financiación de las sopas de siglas, en la que se ha convertido la pléyade de los encapuchados "guerreros del terror", es el petróleo de las zonas desérticas que controlan entre Iraq y Siria. Por favor, no dejemos que nos tomen más por imbéciles, la supremacia aérea de los aliados de EEUU en la zona es total, con una vigilancia vía satélite capaz de fotografiar una matrícula desde la estratosfera... ¿y transportan cientos de kilómetros petróleo y armamento?
Por otro lado hemos de cuestionarnos a quiénes beneficia la industria del terrorista desesperado por la miseria y descerebrado e, incluso, posibles atentados de falsa bandera... ¿tal vez a los que quieren tener un peón para que la mayoría chiíta de Iraq no nacionalice su petróleo, ante el temor de que ratas sanguinarias avancen hacia Bagdad, enconando un odio chií-sunní donde antes socialmente no existía?, ¿a los que quieren tener a los kurdos a raya porque son mayoría al este de la Península de Anatolia?, ¿al sátrapa carnicero al-Assad para dividir a la oposición a su régimen totalitario amparado por Moscú?, ¿a los imperialistas de Sión que sueñan con un Gran Israel del Nilo al Éufrates y a río revuelto ganancia de pescadores vendedores de armas o especuladores bursátiles?, ¿al fascismo con turbante o de cabeza rapada y esvástica, disfrazado de religiosidad o no, el cual se figura que dinamitando todos los puentes se uniformizarán las conciencias por el miedo, y así castas de multimillonarios podrán seguir empobreciendo a sus pueblos, usando a los media para hacer verdaderos Autos de Fe que desvíen a la gente de la real causa de sus problemas?
Los grandes maestros, de todas las creencias, siempre nos han instado a competir en buenas obras, en enseñar al que no sabe, a que la racionalización de nuestros recursos y compartir nos hace más libres; por el contrario la depauperización creciente de las masas, junto a la consiguiente devaluación de la Justicia es el caldo de cultivo del terror, la viperina semilla de la barbarie anida en la miseria: ¿a quiénes beneficia intoxicar en los media con la Doctrina del Shock permanente, focalizando las noticias hacia un lugar u otro del planeta para instigar a "choques de civilizaciones", y excitar al homicida odio racista?
Las nubes pueden ocultar el sol de la verdad, intereses espurios eclipsarla, pero al final la conciencia de su luz resplandece.
Llevamos y llevaremos siempre a Túnez en el corazón porque mirando hacia allá, cada mañana, nos vuelve a renacer el Alba...