Opinión

“Estos son mis principios…

Carolina Latifa | Domingo 05 de abril de 2015

… Si no le gustan, tengo otros”. La célebre frase inmortalizada por el genial Groucho Marx me permite iniciar con cierto sarcasmo este artículo sobre los viajes (o virajes) que a menudo se dan en política y que tanto contribuyen a su desprestigio.
Contaba Francisco Umbral que en cierta ocasión Jean-Paul Sartre le dijo lo siguiente: “Mire usted, joven: se abandona la izquierda, se recorre un tramo en la oscuridad y de pronto se encuentra uno en la derecha”. En Almería, algunos han hecho el recorrido en sentido contrario y en tiempo récord. Y no sabemos dónde acabarán. Digo esto porque hace unos días escuchaba en la programación local de la Cadena Ser una entrevista con el candidato de Ciudadanos a la Alcaldía de Almería, Miguel Cazorla, en la que tachaba al Partido Popular de “caduco, antiguo y arcaico”. ¡Y dos huevos duros!, siguiendo con los Hermanos Marx.
Parto de la base de que todos los ciudadanos (con minúscula) tenemos derecho a evolucionar e igual que se puede cambiar de estilo de vida también lo podemos hacer con nuestras convicciones, entre ellas las políticas. Nada dura eternamente.
Pero cambiar tanto en tan poco tiempo chirría. Si no me falla la memoria, hace tan solo cuatro años el señor Cazorla militaba en el Gial e intentó formar parte de la candidatura del PP en la capital tras el acuerdo de integración del partido de Juan Megino en las filas populares, donde seguiría si hubiese sido concejal, algo que no logró por la falta de apoyo de sus entonces compañeros. Y hoy se presenta por Ciudadanos. Sin solución de continuidad, el señor Cazorla ha pasado del liberalismo conservador al socialismo democrático. Eso en mi pueblo tiene un nombre.
Como dice el axioma, la política hace extraños compañeros de cama y ofrece argumentos peregrinos para justificar lo injustificable, pero afortunadamente cada vez es más difícil dar gato por liebre a los votantes. Almería no necesita proyectos personalistas que no buscan el bien común, sino satisfacer egos desmesurados. Nuestra ciudad ha entrado, desde el ámbito municipal, en una senda de estabilidad y modernidad que no debería perder en aventuras de escaso recorrido y futuro incierto. Por sus frutos los conoceréis y a algunos su pasado les precede. ¡Y de qué manera!