Opinión

Ausencias y presencias

Carlos Sánchez | Sábado 31 de octubre de 2015

La Mesa del Ferrocarril celebró el pasado jueves la anunciada concentración para reivindicar las necesarias mejoras ferroviarias en nuestra provincia. Y ahí estaban el alcalde de Almería, Luis Rogelio, y varios concejales del Equipo de Gobierno municipal exigiendo públicamente inversiones, como antes ya habían hecho en privado ante los responsables del servicio, para que los trenes de Almería dejen de figurar entre los más lentos de España.
Ahí estaba el alcalde poniéndose, una vez más, del lado de sus vecinos. Como ya había hecho con anterioridad manifestándose junto a las madres y padres de los alumnos de El Toyo exigiendo un instituto del siglo XXI y no barracones del siglo pasado. O ante el solar de lo que iba a ser un moderno hospital materno infantil donde las madres y sus hijos pudieran sentirse como en “un hotel de lujo”, como lo definió el entonces presidente de la Junta, Manuel Chaves, cuando lo anunció allá por el año 2007, sin que desde entonces haya pasado de la primera piedra.
En la concentración del jueves, y muy cerca de la pancarta que reivindicaba ‘vías de solución’ al ferrocarril se pudo ver también a muchos notables socialistas, aunque no a su secretario provincial, que quizá estuviera disfrutando de las marismas. No seré yo quien critique el toque a rebato decretado en Pablo Iglesias para pedir mejores trenes, pero tendrían más credibilidad (y decencia) si el mismo ardor guerrero lo tuvieran para pedir a la Junta colegios en condiciones y hospitales modernos ¿O acaso es más importante viajar a Madrid en AVE que contar con infraestructuras educativas y sanitarias dignas?
Hoy sábado tienen una magnífica ocasión de retratarse de nuevo acudiendo a la marcha protesta que, a las 11.00 horas, ha organizado la plataforma que reivindica el Instituto de El Toyo. ¿Estarán con las reivindicaciones justas para Almería, como aseguraban ayer en un sonrojante tuit? Permítanme que dude. Y luego se sorprenden de que los almerienses les den la espalda elección tras elección. ¡Pero si ellos no dan la cara!