Juan Carlos Pérez Navas | Viernes 20 de noviembre de 2015
Todos somos conscientes en Almería de que la agricultura es un sector estratégico y que crea mucho empleo. Las cifras hablan por sí solas, sobre todo las relacionadas con las exportaciones agroalimentarias andaluzas, en las que la provincia juega un papel destacado. En su conjunto, crecieron un 7,1 por ciento de enero a julio de este año y superaron los 5.600 millones de euros pero, concretamente, Almería fue la que más valor ingresó por las exportaciones de sus productos en ese periodo.
Los datos responden fundamentalmente a la producción hortícola, que con algo más de 50.000 hectáreas genera más de 1.700 millones de euros del valor de las cosechas, es decir, el 83% de toda la producción agraria de la provincia. Pero no se puede olvidar, más allá de unas cifras de las que podemos sentirnos orgullosos, que para alcanzar ese nivel hace falta que muchos hombres y mujeres entreguen su trabajo diario al campo y los invernaderos y que, además, arriesguen su propio capital campaña tras campaña.
Los agricultores almerienses son un ejemplo de emprendimiento y de dedicación que, lamentablemente, en los últimos cuatro años no han contado con todo el apoyo que se merecen por parte del Gobierno de España para poder fortalecer aún más el sector. El Partido Popular no ha estado a su lado y lo sé de primera mano porque han sido numerosos los encuentros en ese tiempo que los diputados y senadores socialistas hemos mantenido con los agricultores y ganaderos en los que lo han expresado así y a partir de los que hemos elevado diferentes iniciativas con sus justas reivindicaciones.
Para empezar, Rajoy ha diseñado un reparto injusto de la PAC, que ha supuesto la pérdida de 500 millones de euros para Andalucía. Para continuar, la desproporcionada subida de los costes eléctricos como consecuencia de la política en la materia del PP ha puesto en graves dificultades a numerosos regantes, que ven cada vez más difícil hacer frente al pago de la luz.
Para terminar, la falta de apuesta del PP por la llegada de la Alta Velocidad a Almería y por infraestructuras como las desaladoras del Bajo Almanzora -a la que se llevó por delante una riada en 2012 y que nunca recuperaron- o la del Campo de Dalías -que está terminada pero no puede funcionar a pleno rendimiento porque el Gobierno no ha previsto la manera de hacerle llegar la electricidad que necesita- ponen al campo almeriense en una situación de menor competitividad que otros puntos de España.
Frente a esa situación y a la inactividad total del PP de Almería, que a un mes de las elecciones generales no es capaz de presentar sus propuestas para la provincia por estar sumido en líos como el abandono del alcalde de la capital precisamente para irse al Senado, los socialistas acudimos a los comicios del 20 de diciembre con el compromiso de dar respuesta a las necesidades de los agricultores.
Se trata de considerar la agricultura como un sector vital para la economía española y, a partir de ahí, impulsar una revisión de la PAC en la que el sector de las frutas y hortalizas no salga perdiendo. Y a eso sumar una sustitución del tarifazo eléctrico por una tarifa flexible que incluya distintos tipos de contratos, adaptados a la época de producción.
Por supuesto, un Gobierno del PSOE también acabará con la discriminación de Almería con respecto a Murcia y la Comunidad Valenciana en la bonificación que el Estado ha hecho del agua desalada para consumo agrícola y, para completar el trabajo pendiente, se volcará en solventar los problemas de las desaladoras mencionadas y en la llegada de la línea de Alta Velocidad a Almería para que, de ese modo, el ferrocarril sea usado como medio de transporte para las frutas y hortalizas y pueda mejorar los tiempos de entrega en destino de nuestros productos y el beneficio a los agricultores.
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