Opinión

Igualdad para todos los andaluces

Ramón Fernández-Pacheco Monterreal | Domingo 28 de febrero de 2016

El 28-F no es sólo un reconocimiento a nuestra identidad como andaluces, sino que es también es un instrumento para transformar nuestra sociedad, para reducir las brechas de cohesión social con otras comunidades y para conseguir una mejor Andalucía para todos. Con nuestro Estatuto, los andaluces dejamos claro que queríamos ser iguales que el resto de los españoles y que queríamos tener el mismo nivel de empleo, misma calidad de servicios públicos y el mismo progreso y bienestar que otras comunidades autónomas. Ahora bien, lo cierto es que a pesar del triunfalismo del discurso oficial del PSOE, es igualdad real no existe ni siquiera dentro de Andalucía. Como Alcalde de Almería creo que debo constatar que muchos almerienses perciben con malestar una Andalucía única y centralizada desde Sevilla, en lugar de una Andalucía rica y plural, plena de diferencias que suman y que, de ser potenciadas, contribuirían a hacer de Andalucía la Comunidad con más posibilidades de toda España. Existen muchos modos de ser y de sentirse andaluz. Y ser almeriense es uno de ellos. Pero esa compatibilidad será más difícil cuanto más tiempo mantenga la Junta de Andalucía esa doble velocidad entre una Andalucía central y otra periférica. De hecho, Almería es la provincia más oriental y más alejada del centro de poder andaluz y es, también, la provincia recibe las cosas en menor cuantía y siempre más tarde que las demás, siendo además la que más aporta al conjunto de la economía andaluza. No es necesario recordar ahora la larga lista de incumplimientos, retrasos y olvidos que los diferentes gobiernos socialistas de la Junta de Andalucía han mantenido y mantienen con Almería y los almerienses. Lo que quiero, como Alcalde de la capital de la provincia más alejada de Sevilla, es que los almerienses seamos tan importantes como el resto de andaluces. Ni más, ni menos. Y lamentablemente, el discurso oficial de la igualdad, por no entrar ya en el de los cariños y afectos de la Presidenta Susana Díaz, se desmorona si repasamos todo lo que los almerienses seguimos esperando de la Junta de Andalucía. Por eso, en este nuevo 28-F, me gustaría que mirásemos el futuro con un espíritu generoso y positivo. Yo he tendido la mano a la Junta desde el primer minuto de mi mandato y creo que se ha avanzado en la resolución de algunos problemas enquistados en el tiempo. Espero que ése sea el camino por el que avancen las cosas. La política andaluza debe dejar de ser un campo de batalla para ser una fábrica de soluciones.

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