No lo anunciado con la solemnidad y el boato que lo hicieron en su momento el rector de la Universidad de Almería Alfredo Martínez Almécija, o el presidente de la Diputación José Añez, pero el alcalde de la capital, Ramón Fernández Pacheco, también quiere un plan estratégico.
Es cierto que la idea de un plan estratégico tal cual suena, no puede tener a nadie en contra, nadie puede rechazar que en algún momento se impulse una reflexión colectiva sobre qué somos y a dónde vamos. El problema es que nos quedamos siempre en eso, en la mera reflexión.
Lo del plan estratégico suena mucho a “mesa de las infraestructuras” o a la “mesa por Almería”, bonitas propuesta que se quedaron en eso, en lugares de encuentro para el desencuentro, donde cada cual se dedicaba a poner en valor la gestión de las administraciones gestionadas por su partido, o a disculparla con “y tú más” si ésta no era del todo satisfactoria.
Un plan estratégico requiere un plan, obvio, y para eso habrá que crear una comisión y elegir quienes la componen, y de qué nivel son los representantes de las administraciones, y todo eso requiere consenso no exento de estrategia política interna de partido, y externa institucional. En ese sentido no hay que olvidar la proximidad de las elecciones municipales a la hora de establecer una posible cronología para todo eso, y pensar si en esa mesa estarán los candidatos -o presumibles candidatos- a la alcaldía, y por lo tanto no será una réplica del pleno municipal, o un escenario más de la batalla electoral.
Pero además es que habrá que tener un plan que debatir, y éste será encargado a una empresa que tendrá que ser elegida entre todos, y a la que habrá que pagar, claro. Y luego habrá que discutir el plan… y así mesecito a mesecito… cuatro años.
Seamos serios, si ni para gestionar la Alcazaba son capaces de ponerse de acuerdo entre las administraciones implicadas y eso que cada una tiene su ámbito, como para extender el sistema al futuro de la ciudad.
Si a estas alturas la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no ha tenido un minuto para reunirse con el alcalde de la capital a pesar de las numerosas visitas realizadas a la provincia desde su nombramiento, no se puede pensar que ahora va a estar dispuesta a compartir una foto con él sentados ambos a una mesa de trabajo.
Almería capital no es que necesite un plan estratégico, si no un plan de acción, y de acción ya, urgente. Y ese plan es el alcalde quien tiene que prepararlo en el tiempo que le queda hasta las elecciones, presentarlo como programa electoral, ganarlas, y llevarlo a cabo.