Opinión

El mapa de Susana Díaz como síntoma

Rafael M. Martos | Viernes 29 de julio de 2016


La socialista Susana Díaz mostró en el Parlamento Andaluz un mapa con el que presumir de infraestructura sanitarias, y en él incluyó como “en construcción” el Hospital Materno-Infantil de Almería, prometido en el año 2007 por el entonces presidente Manuel Chaves, también socialista, y que debía estar funcionando en 2011. Se da la circunstancia de que estamos en el año 2016, y de que a estas alturas sólo hay -si es que sigue allí- colocada una piedra, la primera, puesta ni más ni menos que el mismo año en que debía haber estado abierto, 2011, y entonces nos contaron que sería una realidad en 2013... pero las madres almerienses han tenido que seguir pariendo desde 2007 donde lo venían haciendo.

Mal de muchos no es consuelo, ni de tontos ni de listos, pero igual que el error estaba en el dato almeriense, el mapa de la presidenta socialista contenía al menos tres o cuatro más del mismo tipo, lo que deja en evidencia igual que no existe ninguna inquina especial contra Almería, que establece la duda razonable de si se trató de un error inaceptable, o de un intento de colar el gol a todos aquellos andaluces que no se ven directamente afectados por el tema.

Ese mapa es el síntoma de la situación de la Junta de Andalucía, una institución infiltrada por la corrupción y el nepotismo, por la ineficacia, y todo ello a salvo gracias a la extraordinarima maquinaria propagandística, la misma que mantuvo años una maqueta del futuro Materno-Infantil en la entrada del Hospital Torrecárdenas, a pesar de no existir ni proyecto del mismo y por tanto no saber ni cómo sería en realidad algún día. Así, si el mapa cuela como lo hizo la maqueta y la primera piedra... pues cuela, y en Canal Sur seguro que cuela.

A estas alturas seguimos sin tener una explicación de cómo es posible que el Gobierno andaluz adjudique la construcción de un hospital y luego no haya dinero para pagar las obras, cuando sin estar librada esa partida, la contratación no habría podido realizarse.

Los socialistas, y de nuevo el mapa es el síntoma de la enfermedad, se creen sus propias mentiras, son incapaces de la más mínima autocrítica, y de este modo, desde hace más de una docena de años, siguen perdiendo votos sistemáticamente porque los andaluces no confían en ellos... Pero también es verdad que esa huida masiva no encuentra una alternativa solvente a la que entregarse, y que cuando esto sucede, siempre hay alguien dispuesto a apuntalar el edificio que más pronto que tarde, acaba cayéndole encima.

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