"Vale más un minuto de vida franca y sincera que cien años de hipocresía".
Angel Ganivet.
En las colonias 'sureñas' las tragaderas de la aculturizada parroquia retan a todo intento mensurador. Así enredan a muchos con la patraña de que sueldofijos del centralismo educativo, con el riñón bien engrasado, van a ser los paladines de los desfavorecidos... ¡la burguesía urbana semi-ilustrada asalariada del Estado!¿Podría encontrarse alguien tan iluso que se imaginara a un funcionario del Cuerpo Superior de la Junta de Andalucia, o un docente tripero del Ministerio -tercera pata del trípode hegemónico gramsciano-, pongamos por caso, yendo a enarbolar con legitimidad la bandera de los trabajadores precarizados, de las masas desproletarizadas, de 'la calle', de la Libertad...?
En el coletariado al parecer sí se meriendan sin náuseas tales milongas, calzándoselas su oficialidad de interinos, o agradecidos estómagos en excedencia. Por ejemplo al dejarse camelar por tipos de la catadura de Sergio Pascual, exsecretario de organización y exresponsable de coordinación territorial de Podemos. Sí, acuérdense, el diputadito del 'cambio' por Sevilla que se destacó por casposas declaraciones del tipo: "Respetaremos hasta la última coma del acuerdo sobre las bases militares". Un sargento zapador habría tenido más nivel crítico con sus superiores que Pascualillo 'Sonrisas'.
No hay devoción castrense tercermundista, de Perejil a Abu Ghraib, pasando por Trípoli, que no lleve aparejada untuosidad al facherío religioso instituido, vista turbante o sotana. Por eso hay que reconocerle a Sergio profundas convicciones laicas, expresadas por él mismo no como una opinión personal, sino como representante político: "Mantendremos también el compromiso con la educación concertada". ¡Y viva la madre superiora dando clases con 'hiyab' pagada con los impuestos de todos!
Siendo además de la patria chica feudataria en su día de Queipo de Llano, aherrojada por los tenebreros poderes del trono y la mitra de modo secular, debemos agradecerle asímismo su sensibilidad fruto de su adiestramiento como antropólogo, en pro de empoderar a la sociedad civil. Como cuando afirmó sin rubor: "No creo que interese en absoluto a la ciudadanía española el debate entre monarquía y república". Un genuino progre de manual.
Una gris eminencia de ese jáez a nadie extraña que fuese cesado el 15 de marzo de 2016, según análisis de su Formación por su "gestión deficiente", a causa de la cual sus "consecuencias han dañado gravemente al partido"; es decir, les montó un berenjenal tan esperpéntico en Madrid que por poco salen de allí con varias siglas coleando escindidos.
Ahora quisiera tal vez repetir la faena en la Nación del Guadalquivir, montándoselo de 'apparátchik' por las capitales de provincia, y acto seguido mandonear sobre otras ciudades, junto con el desolado mundo rural. Con tal de rehabilitarse para trepar en Madrid, sin que aparente lastrarles con su ineptitud política manifiesta, sería capaz de embutirse en el mono de supermán al estilo de Ruíz Mateos, exhibiéndose de Pulpí hasta Ayamonte.
Pablo Iglesias indirectamente aludiría quizás a él en su artículo con el cursi encabezamiento: "Defender la belleza", al señalar los errores de "no estar a la altura" y "hacer el juego a nuestros adversarios". Hoy nos suena a chiste que además aseverara el vallecano que "en Podemos no hay ni deberá haber corrientes y facciones que compitan por el control de los aparatos y los recursos". De la línea Duero-Ebro para arriba, se entiende. Para los asimétricos señoritos del ibérico 'norte' -pretencioso sur de Europa y cipayos de Alemania también- el resto de hilotas meridionales debimos nacer amoldados a la servidumbre. Tomamos nota de la duplicidad, Echenique: no va a saliros barata.
Allí en España a los andaluces, eternos parias del 'sur', nos deben percibir de menor rango que al Pueblo hermano andalusí aragonés. Por eso al pinchar su paracaidista candidato general de aviación por Zaragoza, en el marginado rincón almeriense le íbamos a colocar la alfombra roja hasta la Carrera de san Jerónimo. Y nuevo planchazo. Seguro que no tiene nada que ver en el fiasco ese melodramático griterío del Coletas, en un mitin por Málaga, dando vivas a las FFAA y a la guardia civil. Encendida pasión militarista que jamás hemos constatado en él ni en su tropa por el septentrión peninsular.
No hay que perder los papeles al desvelarse la farsa. Esas productoras audiovisuales españolistas de las JONS no sólo tendrían que esforzarse para promocionar a genocidas de la ralea del flamenco Karl I (V de Alemania) o la sanguíneo-limpísima Isabel despiojada. Podrían sufragar alguna serie acerca del mindundi al servicio del imperialismo castellano Abenámar, v.g., ensalzado en sus crónicas aúlicas, pero traidor al andalusí rey-poeta Almutamid de Sevilla (tan admirado por Ahmed -'Blas'- Infante). No puedo imaginar a un actor con mejor perfil de protagonista, para ese papel de taimado 'moro de la morería' del romance, que a Sergio 'El Sonrisas'.
Con rancios elementos como el anterior actuando a sus anchas, por pena o empalago de Errejón, la articulación social que le resta a la respondona Teresa Rodríguez, y por ende a su partido, alcanza muy cortos vuelos. La infeliz roteña quiere presentarse de federalista, enarbola el andalucismo, trata de emular a la exitosa Marea galega... sin embargo entretejiendo las mimbres de sus círculos con personajes como el citado, y otros de su servil camarilla, no dejan de advertirse aires de opereta. O de sibilina purga orquestada por la chapucera fontanería de Vistalegre. Por ello los entusiasmos hacia las mismas ñoñas maquinaciones del maniobrero bipartidismo no cuajan.
¿Organización 'federal' supeditada a otra organización jacobina superior? ¿Y confederal como el PSC en Catalunya, no... a eso no podríais aspirar? ¿Y os queda a algunos vergüenza para reivindicar la memoria del gran jurista granaíno José Luís Serrano, aún calientes sus nobles restos, a pesar de legar a la posteridad aquella imperecedera sentencia suya de 'Andalucía no pidió ser una Autonomía más, sino ser como la que más'?
Por causa de la castuza partidocrática del Hospital de las Cinco Llagas (sede del parlamento andaluz de antiguo uso para apestados y hospicio para expósitos) no tenemos un Día de Andalucía que movilice a algo más de cuatro gatos con corbata el 28F; y a unos cuantos condenados al ostracismo -entre los cuales me incluyo- en ciertos media del régimen, el 4D. De algo similar a la Diada o el Aberri Eguna, que anime al amor propio de nuestro Pueblo y le haga luchar por su futuro, en el verticalizado recinto penitenciario nacional-católico ni hablar. Cómo habrían los andaluces de atreverse a pretender ser algo más que tutelada 'región', ¿no?. Máxime tras la implosión programada del viperino rojasmarquismo zarzuelero. Por no mencionar la incoherencia e impostura de algunos/as de sus resabiados/as náufragos/as 'andalucistas', ahora sin papá.
Con esta fláccida izquierda a nadie extraña que los de San Telmo -con Vara, Page y Lambán de palmeros- se dediquen a operaciones arribistas de 'blitzkrieg' en Ferraz, y en medio del Susanazo del otro día amenace alguno con llegar a las manos con su actual exsecretario. Acometiendo incluso con patético desparpajo de perdonavidas a sus compañeros de partido, del este y norte peninsulares, en caso de menoscabarse lo único sagrado: la Disciplina. Con un testaferro asturiano para disimular, hay que someterse al 'diktat' de los nacionalistas españoles en la reserva-'sur', más curtidos en la domesticación de los súbditos colonizados de frontera.
Con razón el pepero malagueño Moreno Bonilla, secretario general indígena de Génova, no acaba de encontrarse a sí mismo. En la monárquico-papista corrala de la trianera rojigualda, el sucesor de Arenas no podría hallar espacio amplio a la derecha así tuviera el mal gusto de disfrazarse en carnaval de terno negro a lo Gestapo, botas de montar y gorra de plato conjuntadas.
Ya ni aun el abogado de la mujer de Urdangarín, Roca, fundador del Partido Reformista (antecesor de Ciudadanos) con Pujol, osaría volver a vender sus camelos 'regeneradores' en una democracia -sin Separación de Poderes en origen, ejercicio y funciones- que nunca existió. Salvo si se trata de encandilar a los parias del 'sur'. Entonces sí, lo que se les ocurra a los 'constitucionalistas' de pacotilla, rojipardos esbirros de los tentáculos clericaloides en la sombra, con objeto de alienarnos por completo; cualquier payasada aquí cuela sin problema.
Encima tienen muchos la desfachatez de hablar de 'fin de régimen' o de 'segunda transición' -ah, ¿hubo una primera?-, olvidándose de aquella ilustrativa anécdota de la Thatcher, quien con sus calamitosas medidas neoliberales se enfrentaba a un desastre electoral sin precedentes. Le dijo uno de los consejeros de su partido: '¡Sra. Thatcher, podemos perder las elecciones!'. A lo que más imperturbable que el marmolillo paraopusino Rajoy, la 'dama de hierro' amiga de Pinochet le replicó: 'No importa. LA OPOSICIÓN YA ES COMO NOSOTROS.'