Isidoro Moreno | Miércoles 07 de junio de 2017
Una ya vieja frase dice algo así como que hay varias clases de mentiras: las mentiras-mentiras, las medias verdades y las estadísticas de los tantos por ciento.
Respecto a estas últimas, es de casi todos conocido el relato de que si hay dos personas y un pollo, caben a medio pollo cada una…, aunque la realidad sea que una de ellas se coma la pechuga y los muslos y la otra los espolones. Viene esto a cuento de las estadísticas sobre la evolución del empleo, en la última de las cuales se nos muestra, con números y porcentajes, la gran creación de puestos de trabajo que se estaría produciendo con la consiguiente disminución del número de parados. Sólo en la letra pequeña o en el interior de las noticias se reconoce como problema la calidad del empleo creado. Y, efectivamente, la casi totalidad de los nuevos contratos son temporales: un 96,7% de los rmados en Andalucía y un 90,5% en el conjunto del Estado. Habría que aclarar que "baja calidad" es la expresión piadosa que esconde la durísima realidad de que no estar desempleado/a (según los criterios estadísticos) no es ninguna garantía para poder cruzar hacia arriba el umbral de la pobreza.
La visión muy optimista, aunque en ciertos casos con matizaciones, que dan el Gobierno, la Junta de Andalucía y casi todos los medios informativos respecto al actual mercado de trabajo, lejos de reejar la situación real, dibujan una cción basada en criterios y cifras fabricados por expertos estadísticos. Me explico. Se parte, sin más, de que para dejar de estar en las listas del paro basta con que alguien nos haga un contrato de una hora a la semana durante cuatro semanas. Así, cualquiera que trabaje de forma remunerada cuatro horas al mes ya no será un desempleado. Lo que cobre por esas horas, en qué condiciones lo haga y cuántas horas no pagadas tenga que trabajar -sí o sípara que pueda aspirar a que le hagan un nuevo contrato no es importante para las estadísticas del paro y el empleo. La cuestión es sólo si se tiene o no algún contrato, el que sea, con las condiciones salariales y de trabajo que sean. Porque el objetivo es que desciendan las cifras del paro. También como sea.
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