"Tienes que desconfiar del caballo por detrás de él; del toro, cuando estés de frente; y de los clérigos, de todos lados".
Miguel de Cervantes
Debemos reconocerle al alpujarreño de Órgiva Ramón Martínez - con estatus oficial de refugiado en Suecia por motivos de 'persecución religiosa' -, autor de la esclarecedora y fundamentada con datos precisos Naturaleza criminal del Opus Dei, la preclara visión de que el Estado español más que contener en su aparato una secta que lo expolia, ésta ha terminado por producirle una irreversible metástasis, fagocitándolo. No se trataría entonces de una secta dentro de un Estado, sino de un agónico 'Estado dentro de una secta'.
Toda verdadera democracia ha de tener por motor el Bien Común de sus ciudadanos. No como un voluntarismo moral, una gracia o favor concedidos. Ha de garantizarlo la Separación de los Tres Poderes que la constituyen en origen, ejercicio y funciones. La monserga autoritaria del 'Estado de derecho', confundiéndolo con Estado de Justicia independiente, o Estado democrático, únicamente puede engañar a los que quieren prolongar sus ilegítimos privilegios en su mayoría heredados, sin regulación del poder ni transparencia. Todos los días podemos leer en la prensa a esa indigna corte de loros paniaguados, lacayos de los títeres del despotismo y la rapacidad episcopales. Aplican vaselina a la ignominia, y la historia ha de pasarles factura por mezquinos, cobardes y traidores.
En Catalunya y otros Pueblos del Estado se podría haber instalado ya la percepción de que el propio hijo del rey de Franco no es ya sólo un rehén del Vaticano (Estado autocrático de fuera de la UE con bandera, himno, moneda, lengua y leyes propios, cedido por Mussolini para el blanqueo de capitales a una escala sin precedentes). Si el propio monarca de un Estado hubiese cedido soberanía a un gobierno con mayoría de secuaces de obediencia opusina, prelatura personal del amigo de Videla Bergoglio, la ominosa subordinación político-económica podría haber carcomido los cimientos de todo el edificio del Estado español, y estaría al borde del colapso.
La protesta oficial de Moncloa, tan reveladora, ante el opulento estadúnculo vaticano el otro día, al pronunciarse la iglesia catalana - y la vasca arropándola - a favor del referéndum, considerando 'anticristiano' impedir el derecho a decidir de los fieles (iglesia proviene de 'eclessia' o asamblea legislativa ciudadana en la antigua Atenas), podría haber dejado a Zarzuela tocada bajo la línea de flotación. En las implacables luchas por la supremacía entre el jesuitismo reemergido tras la elección de Francisco I contra los correligionarios del mucho más adinerado escrivarismo franquista, los borbones quizá podrían haber escogido el bando equivocado: el de los que se atreven a llamar en su infinita soberbia 'hereje' a su mismo papa, como se observa tras su última exhortación apostólica 'Amoris laetitia', recriminando a su pontífice con un dogmatismo y una mojigatería preconciliares que harían ruborizarse a Lefebvre.
Por ello 'el pacificador de Colombia', la 'paloma' Bergoglio no ha hecho el menor intento de mediar en el conflicto catalán. Es parte activa. Tanto en Catalunya como en Euskal Herria la implantación de los hijos de Loyola reviste mucha mayor virulencia que la de sus adversarios, los cuales se enseñorean en Madrid y sus colonias del 'sur'. Esa razón impulsa a los luteranos Trump y Merkel a apoyar a Rajoy. Con Mariano a la cabeza política de La Obra la erosión de la autoridad de la Silla de Pedro está garantizada. Un gobierno formado en su mayoría por ministros del Opus, y entregados colaboracionistas tal vez en las Secretarias de Estado y la Judicatura (hasta 1/3 inficionada de sectarismo, según Jueces para la Democracia, y es probable que muchos más) deberá por tanto imponer un 'huracán' represivo: ha perdido por completo la legitimidad por presuntamente operar en la sombra a favor de sus adeptos, en contra de los intereses del conjunto de la ciudadanía.
El empleo abusivo de la Guardia 'civil', instituto de carácter militar, realizando funciones de 'brigadistas político-sociales' como en la dictadura anterior, y poner a las más altas magistraturas del Estado - elegidas por 'cuotas de partidos' - a operar como 'tribunales de orden público' franquistas, dejaría al nuevo 'generalísimo' Felipe VI jibarizado, y a la Corona convertida en patético bonsai, al albur de la guerra civil sectaria desatada en ese usurario Estado totalitario extranjero que ¡ni pertenece a la UE!
Además la fiscalía no parece perseguir a los uniformados, pagados con nuestros impuestos, que desde las redes sociales, o asistiendo a manifestaciones a cara descubierta, hacen apología de delitos de racismo, el odio ideológico, clasista, sexista o interreligioso pisoteando con saña el Artículo 14 de su propia 'constitución' que juraron defender. ¿Habrá aún quién se asombre de la desafección masiva hacia ese prepotente nacional-catolicismo infame del enano de El Ferrol? No hay duda de que la entrega de soberanía al totalitarismo vaticano, en apariencia permitida o amparada por Zarzuela, supone el principio del fin de la Monarquía... Sólo podría ya agarrarse a un autoritarismo aún mayor, y a los serviles hipócritas de la pútrida P$OE, neofalangistas a partir de Suresnes, en sus postreros estertores.
Y en estas luchas de poder y codicia entre las altas burguesías clericalizadas de Catalunya y Euskadi frente a las de Madrid... ¿alguien podría decirnos que pintamos las colonias de Andalucía y sus países adyacentes hermanos, junto con Canarias? Alrededor de dos millones de andaluces en situación de pobreza y riesgo de exclusión social, más de un tercio de los niños malnutridos, familias sin techo multiplicándose a diario por los desahucios, parados sin protección alguna, dependientes abandonados a su suerte, Sanidad y Educación tercermundializadas, más de la mitad de los jóvenes desempleados, la sangría de la emigración que no cesa...
Y por cierto, ¿consentir la injerencia, expolio o usurpación de soberanía por parte de un Estado foráneo, el romano, forma parte de los Tratados de la Unión? ¿Bruselas para qué carajo está, para evadir fiscalmente en Luxemburgo y cebarse como cerdos sus funcionarios? ¿Y la ONU, cómo puede tolerar que el Estado totalitario vaticano utilice otros Estados como campos de batalla que dejan en pañales a cualquier mafia conocida, condenando a sus poblaciones a la miseria por un colosal saqueo consentido y mal encubierto? ¡Treinta mil bebés robados sin castigo!
¡Basta de monopolio en la rapiña institucionalizada impune de las sectas romanistas! Imploramos la urgente ayuda del Movimiento Libertario, de las Asociaciones Laicas, de todos los colectivos de izquierda o derecha no infiltrados por los agentes clericaloides 'seglares', y hasta de agnósticos, evangelistas y judíos respetuosos de la necesaria Separación Iglesia-Estado. Es toda la humanidad la que debe ponerse en marcha frente a esta barbarie. Nuestros impuestos no pueden servir para financiar esa facinerosa tela de araña clerical-fascista insaciable y sin escrúpulos.
Es posible que tomando conciencia y combatiendo esta calamidad renazca de nuevo lo que nos hace humanos, como nuevos robinsones en un mundo digno de ser vivido. Y no tendremos que lamentarnos como aquel gran escritor inglés, Daniel Defoe: "De todas las plagas que afligen a la humanidad, la peor es la tiranía eclesiástica".
¡Abajo el oscurantismo, el pillaje frailuno enmascarado y la opresión! ¡Vivan las nuevas Repúblicas libres de los Pueblos peninsulares! ¡Venceremos!