El tiempo pone a cada uno en su sitio y esta semana, en la que se le ha parado el cronómetro al gobierno 'fake' de Sánchez, quiero reivindicar, una vez más, la labor del ex ministro Iñigo de la Serna después de que el pasado jueves conociéramos la licitación, por parte de Adif Alta Velocidad, de los servicios para la redacción del anteproyecto, proyectos básicos y de construcción de la segunda fase de las obras de integración del ferrocarril de Almería, proyecto que vendrá a soterrar un nuevo tramo de vía, de más de dos kilómetros, entre El Puche y la Avenida del Mediterráneo.
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Esta segunda fase del soterramiento, dando continuidad a las obras de eliminación del paso a nivel de El Puche, supone la obra civil más importante de la historia de la capital, por su dimensión y la inversión prevista, más de 300 millones de euros, y es, sin duda, un proyecto que va a transformar la fisonomía de esa parte de la ciudad.
Hay quien, en su estrategia del miedo, había augurado los peores presagios ante la no aprobación de los Presupuestos Generales del Estado e incluso quien todavía quiere hacernos creer que este nuevo avance en las obras del AVE se debe a la gestión de los ocho meses de un gobierno socialista en minoría y rehén de los independentistas, pero la realidad es que han sido necesarias muchas horas y reuniones de trabajo previas para que la Alta Velocidad pase de los planos a la pala.
Una prioridad absoluta en la gestión municipal, con el alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, llamando a la puerta de todas las administraciones competentes, Gobierno y Junta de Andalucía, para que el soterramiento y el AVE salieran del bucle en el parecían metidos y los almerienses empezáramos a ver máquinas donde hasta hace bien poco solo había un peligroso paso a nivel.
Seguimos así la ruta marcada con el anterior gobierno del Partido Popular y defendida en nuestra propia ciudad por De la Serna, un aliado que siempre dio la cara por Almería.