Hoy vuelvo a la hoja en blanco con una alegría doble: alegría por volver a la que fue mi casa por largo tiempo y alegría porque la vuelta coincida con el Día Internacional de los Trabajadores; porque construir sociedades con verdadero futuro pasa por una condición fundamental: que el trabajo sea un espacio donde los derechos de las personas se respeten y fortalezcan al tiempo que se atienden las necesidades de la actividad económica, pues solo equilibrando dignidad laboral y desarrollo productivo se llega a modelos socioeconómicos justos a la vez que competitivos y prósperos.
Y fue parte de ese equilibrio, en forma de “8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de ocio”, lo que en 1886 pidieron los obreros norteamericanos en aquellas duras protestas que, tras un deshumanizado ataque de la prensa hacia los manifestantes y un infame proceso judicial, llevaron a cinco de ellos a morir en la horca. Un terrible episodio que, como bien se entendió, debe ser recordado como semilla de mejores sociedades.
Así que celebremos una vez más este día y hagámoslo de la mejor manera posible: apartando el ruido, ese constante ruido que hoy todo lo cubre dificultando el ejercicio, tan necesario como ya heroico, de atender a los hechos en lugar de a las palabras. Porque los hechos están ahí —siempre lo han estado y siempre lo estarán— y nos dicen que son los gobiernos de izquierdas los que, de manera más decidida, contribuyen a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, ya sean del sector público, del privado o autónomos. ¿O es que acaso limitar el uso de los contratos temporales; aumentar el salario mínimo interprofesional en un 61%; crear un permiso para atender situaciones familiares urgentes; ampliar los permisos para cuidado de familiares y de paternidad; conceder la posibilidad de adaptar la jornada para cuidar de los hijos; consolidar los ERTE como mecanismo que evita despidos en situaciones de crisis; o ampliar la cobertura por cese de actividad para los autónomos no son medidas que reflejan una acción política orientada a garantizar y fortalecer derechos laborales?.
Pues todo lo anterior son hechos, no palabras, del actual Gobierno socialista que acreditan una forma de gobernar que entiende que un país progresa de verdad cuando todos sus ciudadanos lo hacen. Feliz Día Internacional de los Trabajadores.