El alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, ha solicitado a la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, una reducción del índice de rendimiento neto que se aplica al sector hortofrutícola en el método de estimación objetiva del IRPF para el ejercicio 2024. Esta medida tiene como objetivo mitigar la baja renta que enfrenta la actividad agrícola y ajustar la fiscalidad a los rendimientos reales de la agricultura bajo plástico.
La petición cuenta con el respaldo de diversas organizaciones sindicales y empresas de comercialización, que han señalado la disminución en la producción debido a factores como virosis y condiciones climáticas extremas. Estas adversidades se han manifestado no solo durante el verano pasado, sino también por las DANAs que afectaron la región a finales de octubre y principios de noviembre.
La reciente campaña agrícola ha resultado ser especialmente desfavorable, marcada por fenómenos climáticos adversos, así como por la incidencia de virosis y enfermedades fúngicas y bacterianas. Las plagas, entre ellas el pulgón, la mosca blanca y el trips, han proliferado considerablemente. A esto se suma el aumento en los costes de producción, impulsado por un mayor uso de productos fitosanitarios y por el incremento en los precios de insumos como abonos, fertilizantes y agua.
Los cultivos más afectados incluyen pepino, pimiento, calabacín, tomate, berenjena, melón, sandía y judía. Las explotaciones dedicadas a la horticultura bajo plástico en Almería han sufrido pérdidas significativas debido a las altas temperaturas estivales que impactaron negativamente en las plantaciones tempranas. En algunos casos, hasta el 50% de las plantaciones tuvo que ser arrancado.
Además de las altas temperaturas, miles de hectáreas de invernaderos en la comarca del poniente almeriense sufrieron graves daños durante la DANA ocurrida entre el 28 de octubre y el 4 de noviembre de 2024. Las lluvias torrenciales y el granizo causaron pérdidas importantes en los cultivos y daños severos en las cubiertas e infraestructuras de los invernaderos. En algunos casos extremos, se registró incluso el derrumbamiento total de estas estructuras.