Opinión

A vueltas con la "mili"

(Foto: DALL·E ai art).
Aixa Almagro | Miércoles 25 de junio de 2025

Me he despertado con una pregunta que no me deja en paz: ¿Volveremos a hacer la mili? Sí, ya sé que hace 24 años que el servicio militar dejó de ser obligatorio en España, pero con todo este lío de la guerra entre Rusia y Ucrania, parece que los países europeos están dándole vueltas al tema como si fuera un chisme del barrio. Y aquí estoy yo, una joven periodista de Almería, dispuesta a analizarlo con un toque personal y un poco de desparpajo.

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Recuerdo cuando mi primo José se fue a hacer la mili. Era un crío de dieciocho años, lleno de energía y sueños de aventuras. Nos contaba historias sobre sus días en el cuartel, donde aprendió a marchar y a convivir con otros jóvenes de toda España. En su caso, fue más una experiencia formativa que otra cosa; aunque también había momentos en los que se preguntaba qué demonios hacía allí en vez de disfrutar del sol almeriense o irse a las fiestas de verano. Pero eso es lo que tiene el servicio militar: te saca de tu zona de confort y te mete en una especie de "universidad del deber".

Ahora bien, mirando hacia Europa, me doy cuenta de que hay 16 países donde la mili sigue siendo obligatoria. De esos, 10 son parte de la Unión Europea. ¡Vaya! ¿Y nosotros qué? Aquí en Almería estamos acostumbrados a vivir bajo el sol y disfrutar del mar Mediterráneo, pero la realidad geopolítica nos está dando un sopapo en la cara. La idea del 'modelo Noruego', donde el servicio militar es obligatorio para todos, pero se puede compaginar con estudios o trabajo, suena interesante... ¡y hasta podría ser útil para nuestros jóvenes!

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Imaginad por un momento a nuestros chicos y chicas almerienses haciendo su servicio militar mientras siguen con sus estudios universitarios o trabajando en alguna empresa local. Sería como tener un “Verano Azul” moderno: camaradería, disciplina y quizás hasta un par de anécdotas graciosas sobre cómo sobrevivir a las instrucciones del sargento. Aunque tengo que admitir que no me imagino a mi amiga Laura aguantando un mes sin poder irse al chiringuito después del trabajo.

Sin embargo, hay algo que me inquieta: ¿realmente queremos volver a ese modelo? La mili ha sido parte de nuestra historia reciente y muchos recordamos aquellos días como una especie de rite of passage. Pero hoy vivimos en una sociedad diferente; los jóvenes tienen otras prioridades y aspiraciones. La vida no se detiene por cumplir con un deber patriótico.

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En Almería tenemos una cultura rica y vibrante; nuestras tradiciones son importantes, pero también lo son nuestros sueños individuales. ¿Acaso queremos arriesgarnos a perder esa chispa por una obligación? A veces pienso que sería mejor fomentar el compromiso cívico desde otras perspectivas: voluntariado social, programas educativos o incluso iniciativas medioambientales.

Así que aquí estoy yo, reflexionando sobre si volveremos o no a hacer la mili. Mientras tanto, seguiré disfrutando del atardecer en la playa mientras mis amigos cuentan historias sobre sus días pasados en el cuartel. Quizás nunca volvamos al servicio militar obligatorio... o quizás sí. Solo sé que sea cual sea el camino que tomemos como país, espero que siempre estemos dispuestos a defender lo que amamos: nuestra tierra almeriense y nuestra libertad.

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¿Qué pensáis vosotros? ¿Sería bueno recuperar la mili o preferimos quedarnos con nuestras cervezas en la playa?