Ha llegado el calor. Los 35 grados del termómetro están entre nosotros. Para el próximo verano, dijeron los ayuntamientos, las playas sin humo serán una realidad en la costa almeriense. Aunque me parece que el titular que nos ofrecía el ayuntamiento capitalino en su información el verano pasado no era rigurosamente exacto, ahora que lo recuerdo. No se trata de una playa sin humo lo que se persigue desde las distintas casas consistoriales, lo que han decidido es que usted, fumador empedernido, atosigante hombre convertido en una chimenea, deje de molestar a los ciudadanos con el humo de su puro, pipa o cigarrillo en zonas acotada de las playas. Creo que, llevada de su intento de defensa de los vecinos, los suyos, en este caso María del Mar Vázquez, la alcaldesa de Almería, va a pedir a cada uno de los propietarios que tienen piscina en sus adosados o chaletes, que deberán reservar un trozo del césped libre de humo, para los no fumadores que vayan a visitarles. Por mi parte he llegado al acuerdo por el cual el lado de derecho de la pileta (en Argentina así la llaman) se deja para los sin humo, y el izquierdo para los amigos como Jorge Molina y sus puros.
Por unas terrazas sin humos, unas playas limpias de chimeneas y unos pulmones blancos como la cal.
Y digo yo. Si todos los que no fumamos decidimos ir a bañarnos a la misma zona sin humo prevista por el ayuntamiento vamos a estar como las sardinas en lata, bien apretaitos y aceitosos por culpa de los oleos que cubren las pieles de los cuerpos de hombres y mujeres (esperemos que por lo menos sea de oliva), o como los vecinos de Madrid que bajan a darse un chapuzón en las playas alicantinas, donde se pisan desde la manguera hasta la toalla los unos a los otros.
Con todo creo que doña María del Mar nos debe aclarar alguna cuestión que puede llevar a engaño. Nos dice playas sin humo, tendría que especificar muy bien qué tipos de humos se pueden o no disfrutar en las citadas. En las playas acotadas para tal menester: ¿va a dejar la noche de San Juan sin hogueras? Si nos dice que playa sin humo, no creo que pueda permitir las hogueras, o esa noche va a tener el ciudadano manga ancha ante la mirada atenta del santo sanjuanero, por esos sueños y alegrías que se despiertan a esas horas nocturnas y luneras en los cuerpos de nuestra gente joven. Me da la impresión que la noche del veintitrés de junio será como el festival del Toyo ¿recuerdan? por lo que, si hay que eliminar, olvidar o esconder por unas horas o días una norma, se hace en beneficio de la felicidad de los ciudadanos. Si es que esta alcaldesa nos quiere con locura: Solo está pensando en nuestro bien y en nuestra salud. Pero esa noche podrán hacer y echar humo, todo el que deseen, el de las hogueras, el de asar las sardinas y, cómo no, el del mal visto cigarrillo. Un día al año, seguro que no hace daño. Y en los pueblos de interior sin playa, ¿qué piensan hacer los alcaldes en las piscinas?