Opinión

Auxiliado y agradecido el Medio Ambiente.

Moises Palmero Aranda | Lunes 09 de junio de 2025

[publicidad:866]

Esta vez no escribo desde la rabia como la semana pasada cuando pedía auxilio para el Medio Ambiente. Hoy, con el subidón de adrenalina, henchido de orgullo, satisfecho y agradecido, vengo dispuesto a vitorear a la sociedad civil, a los ciudadanos en mayúscula, que salieron en su auxilio.

[publicidad:866]

El Alaska primero, que dragaba los lodos del puerto de Almerimar y los arrojaba muy cerca de las praderas de Posidonia, se marchó el jueves, después de dos días parado. Desconozco si fue a causa del mal tiempo, que terminó su trabajo o, como el gitano falso, el del tablao del “lacio” del romance de Serrat, se dio el piro al oír los tiros, que en este caso eran al aire en forma de avisos. Si algo ilegal estaba haciendo o de forma incorrecta, como ahorrarse unas cuantas millas para deshacerse de su tóxica carga y su consiguiente relación en gasoil, fue suficiente un poco de ruido para desaparecer tirando millas. Insisto, desconozco la razón, pero piensa mal y acertarás.

Sea la razón que sea, uno se siente esperanzado porque un vecino diese la señal de alarma, cansado de volver a ver el mismo atentado ecológico recurrente. Pero también debemos estar agradecidos a los técnicos del Ayuntamiento de El Ejido y de la Junta de Andalucía por dedicar parte de su tiempo a comprobar qué estaba pasando. Sin su compromiso, otra cosa es que también sea su obligación, nada hubiese sido posible. Estamos convencidos de que la próxima vez, antes de dragar el puerto, que tendrán que hacerlo porque algún ingeniero construyó la bocana en dirección equivocada, se preocuparán de ser y parecer legales.

[publicidad:866]

El otro impacto para el que solicitábamos auxilio, el de cerrar las piedras del camino que los narcos habían abierto en Punta Entinas, también se ha solucionado. Sé que en el próximo desembarco volverán a abrirlo, pero al menos que trabajen un poco, y quién sabe, sin desearle mal a nadie, lo mismo tenemos la suerte de que se hernien y tengan que pedir la baja en el sindicato del mal.

Las piedras las movió, de forma desinteresada, un agricultor con su tractor. Y también puede parecer algo muy simple, sin importancia, pero hay que dedicarle tiempo, gasoil y esfuerzo para llegar, mover las piedras y volver a casa, cuando podía estar tumbado en la playa. Pero además de aplaudir a este vecino, y a todos los que han colaborado con él, tenemos que volver a celebrar las diligencias de los técnicos de medio ambiente, que ya estaban trabajando para hacerlo de forma oficial. Lo triste de sus gestiones ha sido volver a ver cómo se dan de bruces con los protocolos, la burocracia, la normativa y la falta de recursos materiales, económicos y de personal para llevar a cabo una acción tan sencilla, pero como hoy estoy eufórico, correré un tupido y estúpido velo.

[publicidad:866]

A estas dos acciones quiero sumarle una más, realizada de forma silenciosa y sin afán de protagonismo. Los amigos de Asprodesa de San Agustín, junto al resto de colectivos que conforman la mesa comunitaria, para celebrar esta efeméride, decidieron, entre otras muchas actividades, pintar un mural en las paredes de unos depósitos de agua abandonados junto al colegio. Además, decidieron plantar alrededor algunas de las palmeras que cultivan en su vivero, y así convertir un sucio descampado en algo mucho más agradable. Hago un inciso por si te viene bien, tienen un montón de algarrobos que están buscando dónde plantar para poner su granito de arena a los problemas de deforestación que padecemos.

Se les ocurrió que para las palmeras podrían utilizar de maceteros algunos de los neumáticos que algún desaprensivo, por ser suave y poco faltón, tiró en el espacio protegido de Punta Entinas Sabinar, de donde ya se han retirado en diferentes campañas de voluntariado ambiental vecinal más de dos mil unidades. Utilizaron unos cuarenta, pero retiraron algunos más que llevaron al punto limpio del municipio.

[publicidad:866]

Otra pequeña y simple acción que tiene mucho trabajo, organización y quebraderos de cabeza para llevarla a cabo y no quiero que pase desapercibida, sobre todo, para las administraciones que deberían garantizar la limpieza de un espacio tan privilegiado. A ver si, por vergüenza torera, hacen una batida para retirar los más de quince frigoríficos e infinidad de basuras de todo tipo que ocupan el espacio donde solo debería haber lentiscos, sabinas y culebras bastardas serpenteando.

Han sido tres acciones para recuperar la fe, para comprobar que la protección del medio ambiente preocupa a mucha más gente de la que podemos pensar y que trabajando en equipo, con un poco de imaginación e interés, otro pueblo, otro mundo, es posible. Auxiliado el Medio Ambiente, nos ocupamos de los océanos.

[publicidad:866]