La sesión en el Congreso de los Diputados se tornó tensa cuando Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, fue recibido con gritos de dimisión por parte de la bancada del grupo popular. Este clamor surge en medio de las acusaciones que lo vinculan presuntamente al caso Koldo, un escándalo que ha sacudido el panorama político español.
Cerdán, ante la presión y el clamor de sus opositores, defendió su inocencia. “No he participado en ninguna conversación de ese tipo”, afirmó con firmeza, rechazando las insinuaciones sobre su implicación en el cobro de mordidas. La situación se intensificó cuando la presidenta del Congreso, Francina Armengol, tuvo que intervenir para restaurar el orden. “Dejen de patalear”, instó a los diputados que interrumpían el debate con sus gritos.
Las tensiones entre los diferentes grupos políticos se hicieron palpables durante esta sesión. La insistente demanda de dimisión hacia Cerdán refleja no solo la gravedad de las acusaciones, sino también la polarización actual en la política española. Los miembros del Partido Popular no dudaron en expresar su descontento, mientras que los representantes del PSOE intentaban defender a su compañero.
Este episodio resalta un momento crítico para Cerdán y su partido, ya que las acusaciones podrían tener repercusiones significativas en su carrera política. A medida que se desarrollan los acontecimientos, todos los ojos están puestos en cómo responderá el gobierno ante estas serias alegaciones.