El Parlamento de Andalucía vivió un nuevo debate en torno a la situación crítica del campo andaluz, y especialmente del almeriense, tras años de adversidades encadenadas: sequías extremas, temporales devastadores y enfermedades como la lengua azul. En este contexto, el consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco Monterreal, anunció la aprobación de un paquete de ayudas por valor de 55 millones de euros dirigido a paliar las consecuencias de estos fenómenos.
“Estas ayudas van dirigidas a los agricultores que han padecido la sequía extrema, por ejemplo, en la Comarca de Los Vélez, el Alto y Medio Almanzora, el río Nacimiento, el Campo de Tabernas, el Campo de Níjar, el Bajo Andarax, en la provincia de Almería”, afirmó el consejero desde la tribuna, enumerando las zonas más castigadas en el territorio almeriense.
La intervención tuvo lugar en respuesta a una pregunta formulada por el diputado Manuel Alberto Sanromán Montero, del Grupo Parlamentario Popular, quien abrió su intervención con un ataque directo al Grupo Socialista, al que acusó de “animaladas” y “borricadas”. Afirmó que el PSOE actúa como “un grupo aborregado, con las órdenes que se le dan desde Madrid”, antes de centrar su intervención en la cuestión agraria.
“El campo andaluz —dijo Sanromán— es una maquinaria muy diversa, con distintas provincias, con distintas realidades, y con la representación de todas y cada una de las producciones agrarias existentes”. Subrayó además que la situación del sector “se agrava por los abusos, los precios excesivos de los abonos, piensos, fertilizantes, combustibles, impuestos, y de una PAC lesiva que ha impuesto el Gobierno de España”.
Desde la bancada popular, se criticó duramente el “desinterés” del Gobierno central frente a las protestas del sector y las demandas de determinadas provincias. “Miran hacia otro lado con las reivindicaciones, por ejemplo, de la provincia de Granada, dejándolos fuera de las ayudas de los frutos de cáscara. O de la provincia de Almería, que reclama una modificación de esa orden para los módulos de las producciones agrarias y ganaderas”, denunció Sanromán.
Por su parte, el consejero Fernández-Pacheco defendió con datos la actuación del Ejecutivo de Juanma Moreno. “El objetivo de las ayudas que el Gobierno andaluz ha puesto en marcha es, sin duda, estar al lado, una vez más, de los sectores agrarios andaluces afectados por circunstancias excepcionales”, señaló, destacando que estas subvenciones se articulan a través de la denominada Medida 23 del Programa de Desarrollo Rural (PDR).
El titular de Agricultura recordó que “no es la primera vez” que se activan mecanismos de apoyo de este tipo. Citó las ayudas anteriores en el contexto de la pandemia —“pagó ayudas por valor de 44 millones de euros a más de 11.140 agricultores y ganaderos” mediante la Medida 21— y otras posteriores por la invasión rusa de Ucrania (Medida 22), la viruela ovina y caprina, o la reciente sequía.
En relación con la lengua azul, una de las enfermedades que más ha golpeado al sector ganadero andaluz, el consejero especificó que “la Junta ya invirtió más de 1.300.000 euros en comprar 970.000 dosis de vacunas”, destinadas principalmente al ovino, el caprino y el bovino.
En cuanto a los temporales, Fernández-Pacheco explicó que se han incluido en estas ayudas a los titulares de fincas de invernaderos gravemente afectados por las lluvias de finales de 2024, y a las fincas agrícolas afectadas por las inundaciones provocadas por el tren de borrascas de principios de 2025.
Aunque el paquete de 55 millones está destinado a toda Andalucía, la provincia de Almería figura entre las más afectadas y priorizadas. El consejero enumeró de forma específica hasta seis comarcas almerienses como beneficiarias directas de estas nuevas ayudas: Los Vélez, Alto y Medio Almanzora, río Nacimiento, Campo de Tabernas, Campo de Níjar y Bajo Andarax.
Con esta nueva línea de apoyo económico, la Junta aspira a “ayudar a los productores a afrontar los problemas de liquidez que ponen en peligro la continuidad de su actividad agrícola, ganadera o forestal”, en palabras del propio Fernández-Pacheco. Una medida que, según defendió, se suma a una “política de apoyo continuo y constante” al sector.
La sesión parlamentaria concluyó con aplausos en la bancada popular y un cruce de reproches habitual en estos debates, donde la agricultura se sitúa en el centro de la batalla política. Al menos, en este caso, con una traducción directa en forma de ayudas concretas para quienes intentan —desde el campo— sobrevivir a base de esfuerzo, resiliencia y agua cada vez más escasa.