Con motivo del XX Aniversario de los Juegos del Mediterráneo de 2005, el alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, ha resaltado la profunda transformación experimentada por el municipio en los últimos 25 años, un cambio que atribuye en gran medida a este evento deportivo. En sus declaraciones, Bonilla subrayó que desde el inicio tuvo la certeza de que los Juegos serían un “acontecimiento histórico y decisivo” para Almería y su gente.
El alcalde recordó que fue el primer edil de la provincia en solicitar que Vícar se convirtiera en subsede, lo que motivó a otros municipios a unirse a esta iniciativa. Gracias a estas gestiones, Vícar albergó competiciones de fútbol y balonmano femenino, disciplina en la que el equipo local logró una medalla de oro bajo la dirección de Miguel Ángel Florido, seleccionador nacional.
Bonilla enfatizó que la huella dejada por los Juegos del Mediterráneo está intrínsecamente ligada a la transformación urbana del municipio. La planificación incluyó el diseño de un gran bulevar que conecta diversas áreas del pueblo, proyectando una visión hacia un futuro donde Vícar podría alcanzar una población de 50,000 habitantes.
El legado tangible de este evento incluye instalaciones como el pabellón y la Ciudad Deportiva, considerados monumentos únicos en Almería. Además, se han erigido dos calles en honor a Almería 2005 y a los voluntarios que hicieron posible el evento, consolidando así un patrimonio deportivo perdurable en la memoria colectiva de los vicarios.