Aquel flaco caballero catalán, casi una percha de dos metros de altura (lo de caballero lo mismo hay que ir olvidándolo tras las cosas que declara), que nos llevó al huerto con la pandemia, que aún no se ha sentado en el banquillo por las miles de muertes que se dieron con el covid, siendo él el hombre responsable del ministerios de sanidad en aquellos días, que nada se sabe sobre quién se hizo con las comisiones y coimas de los cientos de millones que se gastó en mascarillas, y que hoy se dedica a amenazar desde la presidencia de la Generalidad Catalana a todo el que se atreve a llevarle la contraria, acaba de decirle al resto de los españoles, que la financiación singular de Cataluña no es un privilegio. Y este alto y desgarbado personaje, dicen, puede ser el sustituto de Pedro Sánchez. Más vale que nos vayamos buscando una cueva donde escondernos. Es evidente que solo un político corrupto, con su rostro de cemento elevado al cubo, alto como un día cuando a las cinco de la tarde aún no se ha comido, puede decir tonterías como esas y encima nos las quiera vender como si fueran palabra de Dios, y recogidas en los santos evangelios catalanes. Ya se sabe que los curas y obispos catalanes son los únicos que se sienten hijos de Dios y de la Moreneta. No andan muy lejos de aquellos curas vascos que escondían a los asesinos de Eta en sus sacristías ¿a quién esconden ahora?, pero es que eran sus asesinos.
Los sanchistas quieren llevar parte del Banco de España a esas hermosas tierras, que, si no fuera porque se hace bajo la amenaza de los racistas seguidores de Pujol al gobierno de la nación, nadie se opondría a un reparto de la economía en el país. Esa Cataluña que ahora le exige al gobierno que nada de apoyar la opa de BBVA sobre el Sabadell, tendría problemas. Pero estos mismo racistas que ahora se rasgan las vestiduras con la opa, nada dijeron, y les vino muy bien, que en un momento dado el gobierno le sirviera en bandeja la cabeza de Caja Madrid (como la de un bautista centralista) a la Caixa. Reconozco que en aquella ocasión cerré una cuenta en Caja Madrid, ya era Bankia, de mi etapa de trabajo en la capital de España.
El trato que han tenido los gobiernos de la nación con las secesionistas catalanes ha sido de siervos arrodillados, de esclavos ante los que se sienten los amos del mundo, y a estos, desgraciados e inútiles políticos, cuanto más se inclinan ante esos amos del norte, racistas hasta la médula, más se les ve el tafanario. Imbéciles. Resulta cuanto menos una desvergüenza rayana en el insulto cuando oímos a un militante del partido más acosado en estos tiempos por la corrupción, decir que la financiación singular que el gobierno otorga a los catalanes no es un privilegio. Tendrá cara esta percha de casi dos metros. Y lo peor que tiene este pelotudo es que se cree lo que está diciendo. Este presunto “chorro” como dicen los argentinos, cuando habla, antes debía creerse ser la palabra del papa Francisco, hoy no creo que León no sé qué esté con sus separatistas evangelios. ¿O sí? Y mi amiga Mercedes sin sacarme del limbo, estoy condenao, lo sé. Necesito otra peregrinación.