La formación, capacitación, creatividad, autodisciplina, perseverancia, honradez, honestidad, el compromiso, la superación personal en todos los ámbitos, todos estos y algunos más son premisas que deberían ser exigidos para la propuesta de una persona a un cargo público, como ocurre en la selección para cargos de la empresa privada de una forma mucho más habitual, pero hay una cuestión que se suele obviar en los procesos selectivos, no en todos, y no es otra que utilizar como criba del proceso selectivo, la buena educación. La buena educación no merma en absoluto, ninguno de los atributos anteriormente descritos, y tampoco impide la competitividad interna, necesaria en toda organización.
La regla áurea de la buena educación es que en nuestra presencia, el prójimo esté lo mejor posible. Y es curioso pero todos nos consideramos muy educados y tenemos justificación para nuestra faltas de educación, tildándolas de una muestra de naturalidad y si intentamos aparentar de forma excesiva, se denomina esnobismo, mucho mejor descrito por Chesterton, "Too polite for good manners"
La falta de educación se observa tanto en la relaciones personales, de los administrados con las administraciones, institucionales, contractuales, comerciales y por supuesto políticas, que evidentemente son las que más resonancia pública tienen, pero es evidente que son un reflejo de la sociedad actual. Desde luego aplicar el cedazo de la educación para la selección de personas a cargos públicos por si solo, no asegura que la persona elegida no va a cometer ninguna tropelía en el desarrollo de su labor, pero lo que vamos a eliminar en ese criado, es a personas que casi con total seguridad, sí la iban a cometer.
Mirad un ejemplo que he podido ver en un vídeo que se ha hecho viral en redes sociales, en un ayuntamiento se celebra un pleno y un portavoz de la oposición se lanza sobre la alcaldesa, en este caso socialista, pudiendo deducirse de su pobre intervención y seguramente sin intención dada su escasa solidez, que la alcaldesa tiene algo que ver con los casposos festivales de Ábalos, porque según el ínclito concejal, Ábalos estuvo en la localidad celebrando una fiesta de las suyas con todos los abalorios propios de su desfachatez. De la actitud de este concejal posiblemente no muy instruido, pero en una zafia interpretación del argumentario que le han pasado, se deducen muchas más reflexiones, además de un lamentable falta de educación. Les recomiendo que vean el vídeo y la respuesta de la alcaldesa, de mi querida y vecina localidad de Águilas en Murcia, repleta de dignidad. Señor concejal, ha sido muy injusto con su estrategia de totum revolutum.
Pero hay más, todos estamos viendo la exigencia de dimisión que exhiben cargos públicos del partido popular en diversas provincias, municipios o comunidades autónomas, hacía el Presidente del Gobierno. En mi opinión la gravedad de la trama de corrupción detectada, no tiene otra solución que la dimisión y convocatoria de elecciones. Pero chico, que lo pidan algunos cargos, resulta chusco como mínimo. Y es que el bipartidismo vigente y deseado, digo deseado porque es lo que hemos votado y aquí lo que cuenta es la decisión de los ciudadanos, que es donde reside la soberanía nacional para este tema y para todos, tiene estas consecuencias, un sistema bipartidista que se retroalimenta y se autohereda, y que se complementa con un par de partidos más que no dejan de ser unos spin off de cada uno de ellos.
En esta situación de corrupción que afecta al principal partido del gobierno, al PSOE, creo que se debe separar el grano de la paja, pero no está siendo fácil, seguramente porque los partidos se están encargando de lanzar sus estrategias de comunicación. Desde el PSOE para minimizar, acotar a una serie de personas u ocultar, y desde el PP para incrementar y extrapolar a todo el partido el estigma de la corrupción, y ambos para confundir y seguir con el ¨y tu más¨. Y todo ello en un contexto mediático y social en el cual la verdad es más subjetiva que nunca, e incluso tenemos mandatarios que no les tiembla la voz expresando que la verdad es lo que yo digo y punto, además para reforzar esta ideica pues voy y creo una red social, que la llamo Truth, sí sí aunque resulta irónico así es y así nadie me corrige, y se queda Trump pancho el tipo, oye.
Para los que no creemos que el bipartidismo sea el escenario deseable, nos repugnan tanto los casos de corrupción de un partido como del otro, independiente del volumen del fraude en cada caso. Desde hace tiempo los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA) plantean una reforma de los órganos de control del gasto público, desde el Tribunal de Cuentas hasta las Intervenciones de la Administración local, pasando por la propia Intervención General de la Administración del Estado y los propios de las Comunidades Autónomas, pero desgraciadamente hasta el momento no se les ha hecho caso.
Y hablando de buena educación, llevamos ocho meses y cuatro días sin que dimita Mazón, que sigue sumando méritos a su curriculum como máximo representante del Estado en la Comunidad Valenciana, ahora les ha tocado a mis compañeros de profesión, impago a las oficinas de farmacia sin ninguna explicación. Que siga la fiesta y que el ritmo no pare. Si no fuera por lo cruel de la situación para las victimas de la DANA, a las que se les debe el máximo respeto, la verdad es que esto daría para una serie de cualquiera de las plataformas de contenido audiovisual actuales. Tras el éxito de ¨Emily in Paris´, presentamos ¨Mazón en el Ventorro¨, ya lo sé no tiene ningún glamour, es patética, pero desgraciadamente está basada en hechos reales. Seguidamente también podemos emitir otra serie completamente casposa, ¨Los Santos Culpables¨, protagonizada por el trío calavera Ábalos, Santos y Koldo, pido perdón a la memoria de D Miguel Delibes por la distorsión y el mal uso del título de su gran obra.
Si le damos la vuelta a la frase de Chesterton, podemos describir a todos estos personajes, ¨a little rude to have good manners¨.