Opinión

El Paseo de los Horrores

(Foto: OpenAI).
Juan Francisco Rojas | Martes 01 de julio de 2025

Mi compromiso contigo”, cantaba como eslogan el programa de la alcaldesa en las pasadas elecciones. Cual Circe seduciendo a Odiseo con dulces palabras mientras se deshacía de su voluntad, la alcaldesa comenzó, desde que obtuvo su mayoría, un cúmulo desconcertante de bonitas palabras, sonrisas y arrumacos por delante y malas decisiones, nefastas gestiones y postureos variados por detrás.

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Se podrían recitar de carrerilla más de diez estrepitosos fracasos en el haber contable de la señora alcaldesa, pero se lleva la palma, por aclamación popular y méritos propios, toda la gestión pasada, presente y, con probabilidad, futura de El Paseo: una intervención disfrazada de modernidad que se diseñó sin contar con nadie y que se está ejecutando sin transparencia, sin eficacia y sin respeto a los almerienses, que todo indica que le importamos un pito a la alcaldesa, excepto para que paguemos su fiesta y caprichos. Por si eso fuera poco, las obras no van a acabar en los plazos establecidos y el resultado tampoco cumplirá con las expectativas. Vamos, que ¡se están cubriendo de gloria!

Hasta el almeriense más desarraigado sabe que El Paseo no es solo una calle. Es la columna vertebral de una ciudad que respira por su centro. Alterarlo sin escuchar, sin planificar bien, sin cumplir plazos y sin ofrecer soluciones a quienes allí trabajan y viven, es algo más que una torpeza, es una declaración de arrogancia política y de negligencia profesional.

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Además, dentro del extenso catálogo de decisiones chapuceras marca Vázquez, el asunto del pavimento merece un capítulo propio. El propio Juan Megino, exalcalde de Almería, denunciaba hace unos meses, y con más razón que un santo, la torpeza política de haber sustituido la resistente, en perfecto estado y elegante solería de granito por travertino de Alhama, que no está mal, pero no era necesario y encima, todo apunta a que ha llegado en mal estado o se rompe al colocarse. Empezamos bien la fiesta. ¿Cuánto dinero ha costado esta broma? ¿No hubiera sido más acertado, lógico y barato mantener el granito? El Partido Popular habla mucho de reciclar, pero a la hora de la verdad ni se lo plantean.

La realidad es que la alcaldesa, desde que obtuvo su mayoría absoluta, no ha hecho nada contigo, como prometía su eslogan; lo ha hecho todo sin ti, sin diálogo, algo que parece que también es marca Vázquez, sin consenso y sin la humildad que exige gobernar una ciudad que no le pertenece, sino que representa pero sin que se le inmute la sonrisa, mientras nos achicharra por detrás.

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El Paseo es ya el símbolo de su gestión. Refleja un modo de gobernar que confunde mayoría absoluta con patente de corso. Todos sabemos que aún quedan muchos capítulos por escribir en esta historia y por lo que parece, tristemente para la alcaldesa y para todos los almerienses, ninguno será mejor que el anterior.