El Taller de Dirección de Orquesta, Ópera y Banda ha comenzado su novena edición en la Universidad de Almería bajo la dirección del maestro Rubén Silva, quien es el director titular de la Kaliska Philharmonie en Polonia. Este evento se ha consolidado como uno de los más relevantes dentro del programa de Cursos de Verano, ofreciendo a los jóvenes directores una plataforma única para practicar y aprender.
La propuesta formativa se extiende a lo largo de toda esta semana y se caracteriza por su estructura que combina sesiones teóricas y prácticas. Un aspecto destacado es que cada participante tiene la oportunidad de dirigir al menos tres veces, culminando en tres conciertos finales que se llevarán a cabo en el Museo de Almería, donde los estudiantes más destacados tendrán la responsabilidad de dirigir.
El taller es dirigido por Pilar Sánchez y Juan José Navarro, quien también es profesor junto a Rubén Silva. Este año, el equipo docente incluye a Bradley Paul Ethington de Syracuse University y José Miguel Rodilla, profesor en la Academia Diesis y el Conservatorio Superior de Música de Murcia. La diversidad del alumnado también resalta la naturaleza internacional del taller, con estudiantes provenientes de Panamá, Estados Unidos, Cuba y Venezuela, así como participantes de diversas regiones españolas. Según Navarro, “hemos ampliado un poquito en plazas, pero no podemos hacerlo mucho más porque si no, luego no hay tiempo de práctica”.
La continuidad del taller se refleja en el hecho de que muchos alumnos repiten la experiencia año tras año. Para mantenerlo atractivo, se varía el repertorio cada edición. “Vamos cambiando el repertorio para que los alumnos puedan repetir y siempre guste”, explica Navarro. Este año se han incluido óperas y zarzuelas en lugar de centrarse únicamente en bandas como en ediciones anteriores.
Rubén Silva comparte su visión sobre la dirección orquestal desde su vasta experiencia. Resalta que uno de los mayores desafíos para los jóvenes directores es encontrar oportunidades para practicar: “El problema es que no hay dónde practicar y aprender la dirección de orquesta”, afirma Silva. La necesidad de una orquesta para un director contrasta con la práctica individual que realizan los músicos con sus instrumentos.
En sus ponencias, Silva enfatiza que un director debe tener una sólida preparación técnica y musical, además de poseer una fuerte personalidad. “Los grandes directores tienen grandes personalidades”, señala, añadiendo que deben ser capaces de unir a la orquesta como si fuera una sola entidad. Esta habilidad requiere tanto carisma como habilidades psicológicas para manejar las dinámicas grupales.
Silva prefiere un enfoque empático hacia la dirección orquestal en lugar del estilo autoritario que algunos podrían adoptar. Cree firmemente que un buen director puede elevar el rendimiento incluso de una orquesta mediocre mediante trabajo colaborativo y comunicación efectiva. En este sentido, destaca la importancia del oído entrenado: “Es determinante saber leer la partitura”, menciona Silva, subrayando cómo esto permite identificar problemas durante las interpretaciones.
Su trayectoria comenzó en el Conservatorio Nacional de Música donde estudió guitarra clásica, piano y percusión antes de especializarse en dirección orquestal en la Universidad Católica Boliviana. Desde entonces ha tenido una carrera exitosa que incluye premios internacionales y reconocimientos por su contribución al mundo musical.
A través del Taller ‘Dirección de Orquesta, Banda y Ópera’, Rubén Silva continúa su compromiso con la formación musical joven. Su enfoque pedagógico busca no solo transmitir conocimientos técnicos sino también inspirar a las nuevas generaciones a desarrollar su propio estilo personal como directores.
Este curso no solo representa una oportunidad educativa única sino también un espacio donde se fomenta el intercambio cultural entre estudiantes internacionales unidos por su pasión por la música.