Almería

Una cita con la Luna del Esturión

Almería mira al cielo el 9 de agosto

Ana Rodríguez | Jueves 07 de agosto de 2025

Por las noches del desierto almeriense, cuando el silencio cobra volumen y las estrellas parecen respirar sobre los cortijos dormidos, algo extraordinario está por suceder. El próximo 9 de agosto, los cielos de la provincia se rendirán ante la llamada Luna del Esturión, una luna llena bautizada siglos atrás por los pueblos nativos de Norteamérica que vivían al ritmo de los peces y los astros.

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Aunque en Almería ni hay esturiones ni grandes lagos, la tradición ha viajado por los siglos y los hemisferios para quedarse entre nosotros. Esa noche, si las nubes lo permiten, una luna redonda como una moneda antigua se alzará sobre los perfiles de la Alcazaba, las chimeneas abandonadas de Rodalquilar y los pinares de la Sierra de los Filabres.

Pero este año, la cita trae compañía. Saturno, Venus y Júpiter, los tres titanes planetarios, desfilarán en el cielo como si supieran que están ante un público atento. La conjunción será visible poco después de medianoche, ideal para los insomnes, los fotógrafos o los simples románticos con la cabeza en las nubes.

Donde mirar para ver mejor

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No todos los cielos valen lo mismo. Almería tiene una carta ganadora: algunos de los cielos más limpios y oscuros de Europa. Lugares como el mirador astronómico de Calar Alto, los parajes áridos del Desierto de Tabernas o una cala perdida entre San José y Las Negras permiten ver el cielo como lo vieron nuestros abuelos: sin filtros, sin farolas, sin interrupciones. Allí, en mitad de la nada, hasta la Vía Láctea parece un sendero que uno pudiera recorrer con los dedos.

En verano, además, los cielos del sureste peninsular ofrecen condiciones casi perfectas: baja humedad, escasa nubosidad y temperaturas suaves de madrugada, lo que convierte a la provincia en un pequeño paraíso para quienes buscan reconectar con el firmamento.

Lo que nos espera en el calendario lunar de 2025

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Para quienes se queden con ganas de más, 2025 tiene aún varios cartuchos por quemar. El calendario lunar está sembrado de nombres que suenan a cuento antiguo, pero que encierran sabiduría agrícola, ciclos naturales y, por qué no, un poco de magia:

  • 7 de septiembre: la Luna del Maíz, también llamada Luna de Sangre en algunas tradiciones. Es la que acompaña el final de las cosechas, y su color rojizo la hace inconfundible.

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    7 de octubre: la Luna de la Cosecha, que este año coincidirá con la primera superluna, es decir, cuando la Luna se acerca tanto a la Tierra que parece agrandarse y brillar con una luz más intensa.

  • 5 de noviembre: la Superluna del Cazador, perfecta para capturar con teleobjetivos desde cualquier altozano de Vélez-Blanco o las estribaciones de Sierra Alhamilla.

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    4 de diciembre: la Superluna Fría, última del año, con su tono plateado y su resplandor casi teatral.

¿Luna llena o superluna? ¿Y eso qué importa?

A veces se tiende a pensar que una luna es una luna, y punto. Pero no todas las lunas llenas son iguales. Las superlunas son, técnicamente, lunas llenas que coinciden con el perigeo lunar, es decir, el momento en que la órbita de la Luna la lleva más cerca de la Tierra. ¿El resultado? Un tamaño hasta un 14% mayor y un brillo hasta un 30% más intenso que una luna llena común.

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Aunque a simple vista no siempre se note la diferencia (los ojos humanos no son cintas métricas), el impacto emocional sí suele ser distinto. Basta verla salir por el horizonte, gigantesca y amarilla como una lámpara mágica, para que uno entienda que está viendo algo especial.

Mirar al cielo: un acto de resistencia

En una época de pantallas luminosas, alertas constantes y relojes que siempre van deprisa, alzar la vista y dejarse maravillar por una luna llena es un acto de resistencia poética. No hace falta telescopio, ni gafas, ni contraseña. Solo un poco de tiempo, algo de paciencia y muchas ganas de sentir que formamos parte de algo más grande.

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Almería, con sus cielos generosos y su calma de fondo, tiene todo lo necesario para ese pequeño viaje astronómico sin salir del terruño.

Así que ya lo sabes: apunta el 9 de agosto en el calendario, prepárate un bocadillo, una manta fina y busca un lugar sin farolas ni vecinos parlanchines. Quizás, cuando la Luna del Esturión corone el cielo sobre ti, entiendas por qué algunos pueblos antiguos organizaban sus vidas, sus cosechas y hasta sus canciones bajo la tutela de un satélite que, después de tantos siglos, aún nos hipnotiza.

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