Opinión

El peligro en la carretera

Aixa Almagro | Martes 05 de agosto de 2025

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Hoy me siento a escribir sobre un tema que, aunque a muchos les pueda parecer lejano, nos toca de cerca a todos. Según las últimas estadísticas, el 48% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico en 2024 habían consumido alguna sustancia. Y no, no se trata solo de un número frío; detrás de cada cifra hay historias, familias destrozadas y sueños truncados. En Almería, donde nuestras carreteras serpentean entre paisajes impresionantes y playas que invitan al relax, es fácil olvidar que un segundo de distracción puede cambiarlo todo.

Recuerdo una tarde de verano cuando decidí ir con unos amigos a la playa de San José. La brisa marina y el olor a sal nos envolvían mientras compartíamos risas y anécdotas. Pero lo que no olvidaremos nunca fue el momento en que uno de ellos, tras haber tomado unas copas, insistió en que podía conducir. Aquel instante se convirtió en una especie de película de terror en cámara lenta. Por suerte, conseguimos convencerlo de que no era buena idea; pero ¿cuántas veces hemos visto situaciones similares? El alcohol sigue siendo la sustancia más detectada en conductores fallecidos (34,4%), y eso debería hacernos reflexionar.

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Las drogas también están presentes en este panorama sombrío, apareciendo en un 16% de los casos. No puedo evitar recordar una conversación con mi primo, quien trabaja como policía local aquí en Almería. Me contó sobre una noche especialmente dura donde tuvo que atender un accidente provocado por un conductor bajo los efectos de sustancias ilegales. Las imágenes que describía eran desgarradoras; vidas arruinadas por decisiones irresponsables.

Y es que el problema no solo radica en el consumo mismo, sino en la falta de conciencia colectiva sobre las consecuencias. Vivimos en una sociedad donde parece que todo vale si se hace "con moderación". Pero ¿qué significa eso realmente? ¿Acaso hay forma de medir la "moderación" cuando se habla del volante? En nuestra tierra, donde disfrutamos del buen vino y las fiestas populares, es fundamental recordar que la diversión no debe poner en riesgo nuestras vidas ni las de los demás.

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La reducción del 3,7% respecto al año anterior puede sonar positiva a primera vista; sin embargo, seguimos hablando casi del 50% de los fallecidos. Cada vida perdida es un golpe al corazón de nuestra comunidad. Este año he visto cómo algunos amigos han perdido seres queridos por esta razón; historias tristes que podrían haberse evitado con un poco más de responsabilidad.

Si vas a salir y sabes que vas a beber o consumir alguna sustancia, busca alternativas: taxis, transporte público o simplemente quedarte donde estás. No es solo tu vida la que está en juego; son las vidas de aquellos que te rodean.

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En definitiva, necesitamos cambiar nuestra mentalidad y dejar atrás esa cultura del “yo puedo manejar”. La carretera no perdona errores ni distracciones. Así que brindemos por una Almería más segura y responsable; porque cada vez que tomamos el volante debemos hacerlo con respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás. ¡Hagámoslo por todos aquellos que ya no están!