¿Te ha pasado alguna vez que olvidas dónde dejaste las llaves, lo que ibas a decir o el nombre de una persona que acabas de conocer? Pues no es que tu cerebro esté fallando. De hecho, olvidar cosas no solo es normal, sino que es algo que el cerebro hace a propósito para ayudarte a pensar mejor. Aunque suene raro, olvidar también es una forma de cuidar tu mente y de permitirte tomar mejores decisiones. Te explicamos por qué nuestro cerebro olvida, cómo lo hace y cómo se vincula con conceptos de estilo de vida moderno y estratégico, como la ruleta online y la gestión de estímulos mentales.
El olvido simplifica las complejas redes neuronales que forman nuestra memoria. En lugar de eliminar permanentemente los recuerdos, el cerebro se limita a “desactivar” caminos neuronales poco usados, lo que simplifica su estructura sin destruirla del todo.
Por eso, tu mente se encarga de “archivar” lo importante y dejar en segundo plano lo que no hace falta. Cuando dejas de pensar o hablar de algo, las conexiones que lo guardaban se debilitan, pero no desaparecen del todo.
Olvidar ciertas cosas nos ayuda a tener espacio libre para pensar. Si tu cerebro está lleno de datos inútiles, le cuesta generar ideas nuevas o tomar decisiones con claridad. Pero si eliminas lo que no es necesario, se abre paso a la creatividad y al pensamiento más fluido. ¿Nunca te ha pasado que se te ocurre una buena idea justo después de desconectar un rato o dejar de pensar en mil cosas a la vez? Cuando dejas hueco, tu mente se relaja y puede hacer conexiones más originales.
El cerebro va reforzando lo que usas mucho y va dejando de lado lo que no necesitas. No es que borre los recuerdos, simplemente les baja el volumen. Pero si algún día necesitas recuperarlos, ahí están.
Cuando apuntas cosas en una libreta o en el móvil, tu cerebro entiende que ya no hace falta retenerlas en la cabeza. Así, puedes usar esa energía mental para cosas más importantes. Esta estrategia es cada vez más popular y, de hecho, es una de las claves para rendir mejor en lo que haces.
Tener una memoria “selectiva” nos permite ser mucho más eficaces. No necesitamos acordarnos de todo, sino de lo relevante. Gracias a eso:
Este tipo de enfoque no solo sirve para estudiar o trabajar, también se puede aplicar en la vida diaria, cuando jugamos o planificamos alguna estrategia. Como cuando decides cómo actuar en una partida usando el sistema fibonacci ruleta; necesitas centrarte en lo que importa e ignorar lo irrelevante.
Tener una libreta, una app o cualquier herramienta donde apuntes tareas, ideas o recordatorios te da libertad mental.
No se trata de olvidarlo todo. Hay cosas que sí vale la pena repasar y mantener frescas. Puedes hacer revisiones de vez en cuando de aquello que sí te importa, y dejar que lo demás se quede en segundo plano.
Reducir notificaciones, tener tu espacio de trabajo ordenado, limitar los estímulos innecesarios... Todo eso ayuda a que tu cerebro no esté constantemente interrumpido.
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