El 17 de agosto, se registraron en el sur de la península dos bólidos que cruzaron los cielos de Granada y Málaga. Estos fenómenos luminosos fueron grabados mientras entraban en la atmósfera a velocidades de 60 y 239 mil kilómetros por hora.
Según el astrofísico José María Madiedo, uno de estos eventos fue un meteoroide que generó varias explosiones, lo que resultó en aumentos súbitos de luminosidad. Este tipo de fenómeno es común en la atmósfera terrestre, aunque su visibilidad puede variar dependiendo de las condiciones atmosféricas y la ubicación del observador.
Los bólidos son objetos celestes que se desintegran al entrar en la atmósfera terrestre, creando un espectáculo visual impresionante. La velocidad a la que ingresan puede influir en la intensidad del brillo y las explosiones observadas durante su trayectoria.
Este evento ha captado la atención tanto de astrónomos como del público general, quienes se muestran interesados en comprender más sobre los cuerpos celestes que visitan nuestro planeta. La investigación sobre estos fenómenos no solo ayuda a satisfacer la curiosidad humana, sino que también proporciona información valiosa sobre el espacio y los objetos que lo habitan.
El estudio de los bólidos y meteoroides tiene implicaciones significativas para la ciencia espacial. Permite a los investigadores evaluar el tamaño, composición y comportamiento de estos cuerpos cuando interactúan con la atmósfera. Además, contribuye al conocimiento sobre posibles amenazas futuras provenientes del espacio.
A medida que avanza la tecnología de observación y captura de datos, se espera que se puedan registrar más eventos similares, lo cual enriquecerá nuestra comprensión del universo y sus misterios.