La verdad es que desde que mi abuela Cándida me compró mi primera tienda de campaña, aquella de tres plazas que parecía más una nave espacial que otra cosa, el camping se ha convertido en mi planazo favorito. ¿Y sabéis por qué? Porque mi abuelo Paco siempre decía que "la vida al aire libre te quita el estrés y te pone el turbo". ¡Y tenía toda la razón del mundo!
Según he estado viendo, resulta que el camping está más de moda que nunca, ¡y no me extraña! Los datos del INE dicen que, en junio, las pernoctaciones en campings subieron un 11,2% y, en julio, la cosa va a más. Y es que, ¿a quién no le apetece pasar unos días en plena naturaleza sin tener que hipotecarse? En Almería tenemos algunos campings que son un auténtico paraíso, como el de Cabo de Gata, donde te despiertas con el sonido de las olas y el olor a salitre. ¡Una maravilla!
Además, el camping es un planazo para toda la familia. Mi hermano Manolo, que es más urbanita que la Cibeles, lo descubrió hace un par de años, cuando lo llevamos de sorpresa al camping de Roquetas. Al principio no le hacía mucha gracia, pero al final no quería irse. ¡Y es que, al final, la vida es más simple de lo que parece!
Así que, si estáis pensando en unas vacaciones diferentes, os animo a que cojáis la mochila y la tienda de campaña y os lancéis a la aventura. ¡No os arrepentiréis!