Sé que es una putada escribir de estas cosas cuando nos quedan un par de días de vacaciones. Debo ser tan HP como algunos de ellos. Los últimos datos aportados nos indican que los españoles trabajan en estos tiempos 52 días más al año para pagar a hacienda (en las manos en estos tiempos de la ministra sevillana María Jesús Montero, candidata del Psoe a la presidencia de la Junta de Sevilla y sus periferias), de lo que hacían antes de llegar al poder Pedro Sánchez y su partida. Si anteriormente se nos decía que hasta junio se trabajaba para los políticos y sus secuaces, con los nuevos datos nos podemos ir a mediados o finales de este mes vacacional de agosto. Tiene bemoles, de vacaciones y trabajando para los políticos.
Con el calor que hace en estos días (puñetero cambio climático), y los ciudadanos trabajando para la tribu de La Moncloa. Y lo peor es que aún nos siguen pidiendo más, y más, y un poquito más...hermosa canción. Así nos la vienen metiendo la mano en el bolsillo esta panda de morralones. Encima andan quejándose, los muy gaznápiros, de que están muy mal pagados. Vamos, que son pobres de solemnidad nuestros representantes públicos con el sueldo que cobran y las ventajillas y chanchullos que se van otorgando de vez en cuando.
Al cobrar poco los de la cuadrilla, nos aseguran que eso abre la puerta a la corrupción que se está dando en la clase política y que los españoles estamos viviendo ojipláticos. Si ellos cobraran más cada mes, y usted pagara más impuestos al final de año, lo mismo estos piratas de los parlamentos, con moquetas, pinganillos y celulares de última generación robaban algo menos, es el mensaje que nos mandan desde sus terminales subvencionadas o bien regadas. ¿Ustedes se lo creen? Si nos acercamos a las cuentas de los Bono, que hoy están saliendo en la llamada prensa digital, así como de otros mencionados padres de la patria, veremos que no se conforman con poco, lo quieren todo, son acaparadores, egoístas, avariciosos.
Me cuesta trabajo creer que sean ciertas las cuentas bancarias que andan circulando, con nombres y apellidos, de los dirigentes políticos en entidades ubicadas en paraísos fiscales. En esas islas en las que son recibidos nuestros políticos con palmeros y fanfarrias. Las cifras en algunos casos son millonarias o se acercan mucho a ello. Pero no creo que por unos miles más al mes iban a dejar de viajar a esas islas, con falcon o sin él, a depositar el producto de su turbio y sucio trabajo en ministerios o empresas públicas.
Lo indignantes es que, si a usted se le ocurre intentar engañar a la niña de Marichús, la sin par hacienda, salen inspectores de debajo de las piedras para intimidarlo, acorralarlo y llevarlo hasta el paredón de los pagadores. Aparte de sacarlo en la lista de morosos al estado. Pero si es político, la fiscalía y los abogaos del estado estarán ahí para ayudarle en todo lo necesario. Por algo forma parte de esa casta especial llamada política, y a la que se le está permitido sacar el dinero camino de esas islas de aguas azules y bancos oscuros. Colega, siga trabajando unos días más, que aún no ha pagado todo lo que necesita el estado político de Pedro y cía.