En septiembre del dos mil veinte, hace en estas fechas cinco años, entraba en la prisión del Acebuche el que había sido vice con Juan Carlos Usero en la Diputación provincia, allá por el año dos mil nueve. A Luis Pérez Montoya se le acusaba del caso facturas. No creo que haga falta recordarles a ustedes la historia, si están interesados, un rato en Internet, y la conocen a fondo. El montante que llevaba a siete años de prisión a Luis rondaba los setecientos mil euros. Un año de pena por cada cien mil euros. Y él no se benefició de ninguno de ellos, según se comentó en aquellas fechas.
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Las facturas falsas se hicieron para pagar otras deudas de la institución que no tenían soporte oficial, no solo del Patronato de Turismo, por lo que alguien más debía saber lo que estaba ocurriendo en el Palacio de la Calle Navarro Rodrigo, en el despacho de Luis Pérez. Me es difícil creer que un vicepresidente haga y deshaga sin que su jefe, el presidente, se entere de lo que ocurre en el despacho que tiene tras su pared. Han pasado cinco años y no parece de recibo la sentencia que llevó a Luis a los siete años de cárcel, cuando vemos la corrupción que se ha dado en otros partidos, en todos los partidos, con millones a gogó, y los responsables nadan sobre el lodo como patos negros de nuestra política.
Al cabo de los años presenciamos como a un presidente de la diputación, Juan Carlos Usero, el que según parece no se enteraba de nada durante su presidencia en la institución, ¡qué listo el hombre, no saber la que estaba liando en el despacho de al lado su vice!, la Diputación de Javier Aureliano le imponía una medalla de oro de la provincia, es de imaginar, o eso se supone, que por ser buen presidente y por el desvelo despegado en la defensa de la provincia, o quizás fue por no enterarse de lo que ocurría a un metro de su mesa de despacho, si se hubiera enterado lo mismo estaba en estos días junto a su vice, Luis Pérez, al que le cayeron siete años en el Acebuche por setecientos mil euros. ¿Y de verdad Usero no se enteraba de nada? Cuesta trabajo creerlo, incluso cuando han pasado cinco años de la entrada en prisión de su vice, el que estaba en el despacho de al lado y con una puerta entre ellos que les une.
La justicia cumple con Luis, dirán usted y estoy de acuerdo, el que la haga que la pague, pero no creen que esa justicia no parece tan justa, ciega sí, cuando miramos otras cantidades defraudadas del erario público por políticos y sindicalistas. Hace un par de años en Sevilla se habló de las facturas falsas de Ugt, 40 millones, al principal encausado le piden siete años de cárcel. Los mismos que a Luis por setecientos mil euros. No me digan que no es rara la justicia que padecemos. Eso sin entrar en los Eres, sin mirar a Conde Pumpido y otras sentencias que hacen temblar lo que entendemos en estos días, aciagos ellos, como justicia.