Almería, provincia que concentra más de 9.000 balsas de riego —cifra que algunas estimaciones elevan a cerca de 25.000—, volverá a recibir un impulso para reforzar estas infraestructuras clave en el abastecimiento de agua a los invernaderos. El consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, ha anunciado este sábado en la capital almeriense la inminente publicación de una nueva convocatoria de ayudas dirigida a comunidades de regantes, dotada con 12 millones de euros ampliables, para la construcción de nuevas balsas de almacenamiento.
El objetivo es que los agricultores cuenten con instalaciones que permitan almacenar agua y afrontar con mayores garantías futuros períodos de sequía. La convocatoria, que se pondrá en marcha en septiembre, se ha diseñado con un procedimiento simplificado: las comunidades de regantes deberán presentar su proyecto de obra, que será validado y certificado técnicamente, y recibirán la ayuda en función de la capacidad de almacenamiento en metros cúbicos.
Como novedad, se eliminan los plazos de licitación, lo que permitirá reducir los tiempos de ejecución entre seis y diez meses, de modo que las nuevas balsas puedan estar operativas cuanto antes.
En el caso de Almería, el peso de este tipo de infraestructuras es determinante para el sistema productivo agrícola. Según el Inventario de Balsas de Andalucía, la provincia concentra más de la mitad de las balsas existentes en toda la comunidad autónoma, con más de 9.000 registradas, aunque otros estudios elevan la cifra hasta las 25.000, dada la extensión del uso de estos embalses artificiales para abastecer a los cultivos intensivos bajo plástico.
Esta nueva ayuda se suma a las ya en marcha dentro del Plan PARRA y el Plan RegadíA, con las que la Consejería de Agricultura persigue poner en manos de las comunidades de regantes hasta 325 millones de euros para modernizar, mejorar y ampliar explotaciones de regadío en Andalucía.
El Plan PARRA, dotado con 165 millones de euros, se encuentra en la fase de valoración de los proyectos presentados, centrados en la ejecución de obras que lleven agua regenerada desde los terciarios de las depuradoras hasta los cultivos. Por su parte, el Plan RegadíA —impulsado por la Junta, los regantes y el Ministerio de Agricultura a través de la sociedad pública SEIASA— destina 140 millones para mejorar y modernizar las explotaciones de regadío.
Fernández-Pacheco ha avanzado, además, que la Consejería trabaja ya en una nueva propuesta dotada con ocho millones de euros para acometer mejoras de eficiencia energética en las explotaciones agrícolas.
Durante su comparecencia, el consejero ha subrayado que la finalidad de estas medidas es “dar respuesta a las demandas de los agricultores, un sector que está cada vez más concienciado con la necesidad de prepararse frente a nuevos períodos de sequía y que es ejemplo de eficiencia hídrica y energética”. En este sentido, ha reivindicado que “el campo andaluz es referente nacional y europeo en sostenibilidad”, y ha defendido que las ayudas convocadas facilitan y mejoran el uso más eficiente de los recursos hídricos.