El aeropuerto de Copenhague ha reabierto sus puertas después de que se detectaran varios drones en el área. Este incidente ha generado preocupación en la región, especialmente en el contexto de las tensiones entre Rusia y los países miembros de la OTAN.
La situación ha llevado a la OTAN a considerar las acciones que tomará ante la incursión de drones rusos en Estonia. El primer ministro polaco ha expresado su opinión sobre la necesidad de adoptar un enfoque más firme por parte de la organización frente a las actividades rusas en la zona.
Las autoridades danesas han tomado medidas para garantizar la seguridad en el espacio aéreo, lo que incluye una revisión exhaustiva de los protocolos existentes. La vigilancia en torno al aeropuerto se ha intensificado para evitar futuros incidentes similares.
Este tipo de situaciones resalta la complejidad del entorno geopolítico actual, donde los avistamientos no autorizados pueden tener repercusiones significativas. La respuesta internacional será clave para abordar estas nuevas amenazas.