El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Popular (GPP), Rafael Hernando, centró hoy buena parte de la sesión de control al Gobierno en una doble crítica: por un lado, la situación judicial que afecta a la esposa del presidente del Gobierno, y por otro, los contratos adjudicados por el Ejecutivo a la empresa tecnológica Huawei, que a su juicio ponen en entredicho la seguridad nacional.
Durante su intervención en el Congreso de los Diputados, Hernando aseguró que “lo que van a ver hoy los españoles es que la mujer del presidente tiene que sentarse en un banquillo por malversación”. Con esta frase quiso subrayar, según dijo, que la actualidad política del país no viene marcada por medidas de gestión o reformas del Gobierno, sino por los problemas judiciales de su entorno.
El diputado popular acusó al Ejecutivo de desviar la atención sobre sus responsabilidades políticas y recordó que, en paralelo, se mantiene la controversia sobre los contratos firmados con Huawei. Subrayó que esta compañía es vista en numerosos países como un suministrador “de alto riesgo por su dependencia del Gobierno chino” y recalcó que la Fiscalía belga ha abierto una investigación por presuntos sobornos relacionados con la multinacional, que incluso derivó en la expulsión de sus lobistas del Parlamento Europeo.
En este sentido, Hernando criticó que, pese a esas advertencias, el Ejecutivo español haya adjudicado un contrato por valor de 12,3 millones de euros a Huawei para la gestión y almacenamiento de las escuchas judiciales de la Policía Nacional y la Guardia Civil. “Es como poner al zorro a cuidar de las gallinas”, afirmó con rotundidad, antes de añadir que esta decisión “ha provocado la alarma de la Unión Europea y de nuestros aliados en la OTAN”.
El portavoz adjunto del GPP relacionó además estas adjudicaciones con una supuesta “infiltración de Huawei en las altas esferas del Gobierno”. Como ejemplos citó que “la mujer del señor Albares fue directiva; por eso el ‘acento’ de Pepiño, su influencer; y Zapatero, su lobista principal. Ahora queda saber quién es el comisionista”, ironizó, dejando entrever que en su opinión existen vínculos estrechos entre la multinacional y figuras relevantes del ámbito político.
Hernando también recurrió a informes de la Comisión de Seguridad Nacional y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para alertar de que China, considerado aliado estratégico de Rusia en la guerra de Ucrania, estaría desarrollando en España operaciones de espionaje y “guerra híbrida a través de ciberataques”, además de impulsar redes de influencia política en las altas esferas del poder.
En su intervención no faltaron reproches directos a ministros del Gobierno. A Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, le espetó que “no hable usted mucho de listas, porque las listas de su partido las hacían puteros, verdades y corruptos”. Por su parte, al ministro del Interior le advirtió sobre “su futuro incierto”: “Ándese con ojo, no vaya a ser usted el que pase del banco azul del Gobierno al banquillo de los acusados”.
De este modo, Hernando trató de enlazar en su discurso el frente judicial que afecta al entorno del presidente con los riesgos internacionales que, según él, genera la política de adjudicaciones del Ejecutivo. Un discurso que, en la práctica, convirtió la sesión de control en un cruce de acusaciones sobre corrupción, seguridad nacional e influencia extranjera, en lugar de un debate centrado en la gestión política cotidiana.