Opinión

La flotilla

Juan Torrijos Arribas | Lunes 06 de octubre de 2025

Desde la quietud de la amoxicilina y del paracetamol he seguido las vivencias de la flotilla surcando los mares camino de Gaza. La idea como promoción a favor de los grupos de izquierdas, que andan buscando un clavo al agarrarse para mantener la imagen, me ha parecido perfecta. Durante unos días la derecha ha intentado desacreditarla y la izquierda ha hecho de ella su bandera. Nada que objetar. Cada uno ha jugado sus armas, y el final lo dirán las urnas el día que sean llamados los ciudadanos a votar.

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Eran unos voluntarios, voluntarios que debían saber a lo que se enfrentaban si llegaba a las costas de Gaza. Los israelitas no se iban a parar en barras, como así ha sido. Representantes de más de cuarenta países, pero solo dos apoyaban con sus armadas a los voluntarios, España e Italia. El agravante, como ocurre con todos los gobiernos, es que los acompañaba hasta la línea donde comenzaba la refriega, y una vez allí, los dejaron abandonados, algo a lo que nos tienen acostumbrados los imbéciles dirigentes de nuestro país. Alguien puede pensar que los llevaron escoltados hasta la boca del lobo, y una vez que estaban a un par de dentelladas, allí los dejaron para que saciaran el hambre del canis lupus.

Para la izquierda ha sido una cuestión épica, para la derecha una fantasmada de unos cuantos zurdos liberados. En medio de la discusión que se va a crear en el futuro ante la decisión de Israel, no creo que se vayan con las manos limpias todos los integrantes del espectáculo que nos ha ofertado la flotilla que llegaron hasta las costas de Israel, sí que podemos hablar de que alguien se ha apuntalado como referente en el movimiento a la izquierda del Psoe. En la lucha que se viene celebrando entre Sumar y Podemos por ese espacio, la figura de la exalcaldesa de Barcelona, a la que cuesta habla de España hasta que se ve en peligro, Ada Colau, ha cogido una fuerza que nadie esperaba. La creían enterrada políticamente, pero ha adelgazado, se ha cortado el pelo y se nos ha presentado como la reina de la izquierda a la izquierda.

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Imagino que no estarán muy contentas la líder de Sumar y la marquesa de Galapagar. En una lucha en la que estaban ellas como únicas candidatas tienen que hacerle sitio preferente a la nueva líder de esa izquierda española que se ha echado a la calle por Gaza y contra Israel y que, tras su vuelta a Barcelona, promete dar guerra política aprovechando su estancia de horas en aquellas tierras. Y sin tener un oráculo cerca al que preguntar, la catalana ha vuelto a España como la gran imagen victoriosa de la flotilla. A esos vecinos de Gaza que luchan por sobrevivir entre Israel y Hamás no sé en qué les ha podido beneficiar la flotilla que no llegó a puerto, a Ada Colau la ha puesto de nuevo en el disparadero político como la gran líder a la izquierda del Psoe. A Yoli y a Irene no les ha venido bien la flotilla, aunque nos cuenten otras historias.