Opinión

Destrucción creativa

Vicente García Egea | Viernes 17 de octubre de 2025

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Einstein nos enseño que la única constante en el universo es el cambio, se refería a que todo en el universo está un estado constante de cambio y movimiento y nada inmutable ni estático. Y esto es aplicable tanto a la materia, a la energía y a la experiencia humana.

Hace unos días Philippe Aghion, investigador del Collège de France e INSEAD y la London School of Economics and Political Science , recibió la comunicación de que había obtenido el Premio Nobel de Economía, compartido con Peter Howitt y Joel Mokyr. El premio es un reconocimiento a su "teoría del crecimiento sostenido a través de la destrucción creativa". Este concepto fue acuñado por el economista Joseph Schumpeter en 1942, en su libro, ¨capitalismo, socialismo y democracia¨. La destrucción creativa es un proceso en que la innovación desmantela estructuras económicas tradicionales, abriendo paso a otras nuevas. La base del crecimiento que ha tenido la humanidad en los últimos 200 años,a partir de la revolución industrial, ha sido a una velocidad incomparable con los años precedentes y en los últimos años con la revolución tecnológica ha aumentado de forma exponencial.

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Decía Schumpeter en su teoría de la destrucción creativa, también llamada vendaval de Schumpeter, "el proceso de mutación industrial que incesantemente revoluciona la estructura económica desde adentro, destruyendo incesantemente la antigua, creando incesantemente una nueva". Las investigaciones de Aghion y Howitt, materializan en un modelo matemático la teoría de Schumpeter, explicando así como algunas empresas invierten en mejores procesos de producción y nuevos productos de mejor calidad, mientras otras se ven superadas por la competencia. De forma simplificada la fórmula nos explica que el crecimiento económico sostenido se expresa como una tasa media, proporcional a la velocidad de aparición de innovaciones y al incentivo para crearlas, es decir al retorno de la inversión en la innovación. Como intuyó Schumpeter en los años 40 del siglo pasado, el capitalismo se renueva destruyéndose a sí mismo, en términos cuantificables define el crecimiento como una función de la innovación, la competencia y el riesgo.

Ejemplos de destrucción creativa tenemos incontables, pero algunos de los más conocidos pueden ser, las cintas de casete fueron reemplazadas por los CD, luego llegaron los archivos MP3 y finalmente el streaming. Las empresas dominantes de la etapa anterior tuvieron que adaptarse o desaparecer. El resultado fue una mejora en la accesibilidad y la calidad, aunque a costa de transformar toda la industria. Otro caso es la fotografía, Polaroid y Kodak, gigantes del sector durante décadas, cayeron cuando irrumpió la fotografía digital, quien no innova, se queda atrás. La destrucción creativa no es un accidente del mercado, sino el mecanismo natural del progreso. Y también lo vemos en la comunicación. La expansión de los periódicos digitales desplazó a buena parte de la prensa impresa, y los servicios de streaming de vídeo como Netflix transformaron el negocio del cine y el alquiler de películas.

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Pero y si trasponemos el concepto de destrucción creativa a los modelos de gestión implantados en las administraciones públicas. Si las administraciones públicas siguen estancadas en modelos de gestión obsoletos, serán poco eficientes y nada competitivos, el estancamiento suele producir ineficiencia y a veces por mucho dinero que inyectemos a ciertas administraciones, nunca terminan de funcionar adecuadamente y así seguirá siendo si no se adoptan modelos disruptivos respecto al modelo estático existente, ante realidades sociales cambiantes.

Y entrando en casos concretos, como la gestión de sanidad pública, la joya de la corona del estado del bienestar. Se debe apostar por la sanidad pública al cien por cien, potenciarla, reforzarla, dotarla de un presupuesto adecuado y también modernizar la gestión, los modelos de gestión actuales están fracasando y no los hemos sustituido antes de llegar a situaciones de deterioro que podían haber sido evitables. Pero estamos a tiempo de cambiar y para ello debemos tener en cuenta algunas cuestiones, la cronicidad en algunas patologías ha aumentado en estos últimos diez años, un 20% en nuestro país. Conociendo este dato y como nos indica Rafael Bengoa, seguramente el principal experto en sistemas de salud púbica europeo, debemos aumentar la coordinación con servicios sociales, potenciar la atención primaria y la atención domiciliaria y comunitaria. Podemos actuar de forma diferente y mas eficiente, por ejemplo en el momento que se presentan los primeros síntomas de una patología, en fase preagudos, es decir antes de ingresar en centros hospitalarios, al menos doce enfermedades pueden ser tratadas en domicilio y una vez que ha sido tratado el enfermo, en fase de postagudos, estamos hablando de personas con varias patologías, hay que conectar los recursos sanitarios con los recursos sociales, para aprovechar de una forma más eficiente los recursos públicos. Debemos tener en cuenta que lo que colapsa el sistema y además es lo más caro de la atención sanitaria, son los ingresos hospitalarios. Con este planteamiento en Cataluña se ha creado la Agencia Socio Sanitaria con el objetivo de conectar y coordinar los recursos.

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En el tema del cribaje en particular, debemos tener en cuenta otra cuestión, actualmente sabemos detectar ya 3,000 proteínas en sangre, si se implantan los cribajes de forma correcta, anticiparán la aparición de enfermedades veinte años antes de que se desarrollen. Por lo tanto para poder llevar a cabo los sistemas de cribaje habrá que cambiar los modelos de gestión existentes, potenciar la atención primaria y domiciliaria, dotarla de personal y de unos sistemas de comunicación eficientes.

El Sistema público de Salud sostiene el derecho más importante que tenemos los ciudadanos en nuestro país, el derecho al cuidado de la salud, por lo tanto hay que reforzarlo y potenciarlo, con financiación suficiente, pero también destruyendo modelos de gestión obsoletos y sustituyéndoos por nuevos modelos de gestión innovadores, con gestores especializados y aprovechamiento de los recursos de los que podemos disponer.

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Decía John F. Kennedy que ¨Los problemas no pueden ser resueltos por escépticos ni por cínicos cuyos horizontes están limitados por las realidades obvias¨.