María Jesús Montero, secretaria general del PSOE de Andalucía y candidata a la Presidencia de la Junta, se ha desplazado a Almería para celebrar la Fiesta de la Rosa en Bentarique, un evento que se retoma dieciséis años después de su primera edición en este municipio. Durante su intervención, la dirigente socialista ha defendido con vehemencia la sanidad pública, asegurando que es necesario devolver "la frescura, la ilusión, el compromiso con lo público a la Junta de Andalucía" y ha realizado un fuerte llamamiento a priorizar el sistema sanitario, enfatizando que "con la salud no se juega" y que en él "nos jugamos la vida".
Montero, que fue consejera de Salud de la Junta de Andalucía entre 2004 y 2013, y posteriormente de Hacienda hasta 2018, ha afirmado tener un conocimiento profundo de la maquinaria sanitaria, señalando que sabe "perfectamente cómo funciona esa maquinaria", "cuándo tiene avería", y "de qué manera hay que apretarle los tornillos a un sitio o quitar un poco de presión en otro o hacer cualquier tipo de arreglo en relación con una maquinaria tan perfecta como era el sistema sanitario".
La candidata ha basado gran parte de su crítica en la gestión actual de las listas de espera y la falta de transparencia en la publicación de datos, exigiendo que se cumpla la ley en la divulgación de las listas de espera diagnósticas, de consultas externas y de intervenciones quirúrgicas. Ha lamentado que una persona no pueda iniciar un tratamiento eficaz sin un diagnóstico y ha acusado al actual Gobierno andaluz de incumplir de forma "escandalosa" las leyes que garantizaban, durante su etapa como consejera, tiempos máximos de espera para ser intervenido (seis meses) o para la cita con un especialista (dos meses), un cumplimiento que asegura se hacía por ley.
Montero ha hecho referencia a un informe que apuntaba a un aumento en el número de casos de cáncer de mama en la Comunidad Autónoma por encima de la media de España, cuestionando que "a nadie le importara y nadie se preocupara y nadie mirara qué estaba ocurriendo para no ser eficaces en la prevención del cáncer de mama". En este sentido, ha censurado que uno de los anteriores consejeros de Salud del actual Gobierno se siente "en la presidencia del Parlamento de Andalucía para vergüenza", en relación con la supuesta implicación de un consejero en el tema del cribado de cáncer de mama.
No obstante, esta defensa del sistema sanitario público por parte de María Jesús Montero se produce sin hacer mención a ciertos datos y decisiones tomadas durante su periodo de gestión. Hay que recordar que en su etapa al frente de la Consejería de Salud, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) registró una reducción de 7.773 profesionales sanitarios y un recorte del 15% en el presupuesto destinado a sanidad.
Según datos del Ministerio de Sanidad, entre 2010 y 2013, los centros hospitalarios andaluces perdieron 602 camas, pasando de 15.956 a 15.354, lo que representa un descenso del 3,7% a pesar del aumento demográfico, siendo el año 2012 el que concentró el mayor cierre con la supresión de 621 camas, un 4% del total. Tras su salida del Gobierno autonómico, se contabilizaban 600 camas menos en los hospitales y existían 540.833 pacientes ocultos en lista de espera, es decir, personas que no figuraban en las listas oficiales pero que aguardaban una intervención.
Además, durante los gobiernos socialistas, Andalucía era la Comunidad Autónoma con menor gasto sanitario por habitante de toda España. Esta situación contrasta con los datos hechos públicos por la Junta de Andalucía, que indican que actualmente el gasto medio por habitante en sanidad se encuentra, por primera vez, por encima de la media del Estado español.
Otro elemento de relevancia que la candidata ha evitado abordar es el relacionado con el protocolo de cribado de cáncer de mama que ha mencionado. No mencionó que ahora se ha ampliado la horquilla de edad de mujeres que acceden a esta medida preventiva, pero más significativo aún es que no se haya defendido de las acusaciones sobre su papel en este asunto.
El actual Gobierno andaluz aseguró que el protocolo vigente para el cribado de cáncer de mama se aprobó en 2011, cuando ella era consejera de Sanidad, y que dicho protocolo fue modificado en 2015 con el objetivo de eliminar el plazo para la comunicación oblilgatoria del resultado, y no informar a las mujeres con resultados dudosos para evitarles ansiedad hasta se les pudiese dar cita para una nueva exploración.
A pesar de su crítica a la gestión del cribado, Montero no ha hecho ninguna mención a este protocolo ni a su modificación en su intervención en Almería, y eso que, como decimos, ha sido señalada directamente por el presidente del Gobierno andaluz.