Según Elma Saiz, creo que es ministra de algo en el gobierno de Pedro Sánchez, pero no me pregunté de qué, no he conseguido enterarme hasta ahora, nos decía hace unas semanas lo que parece ser la patochá del año. Según la señora, los niños que llegan en pateras a las playas españolas son “niños perseguidos”, lo que no nos ha dicho la ministra del enamorado Pedro es quién los persigue. Recuerdo a mi madre, cuando me perseguía con la zapatilla en la mano por alguna travesura cometida, y la frase conocida de: “Cómo te pille te voy a dar”.
Madre tampoco corría como para cogerme, ni yo estaba dispuesto a que me agarrara. A veces la zapatilla hacía daño, dependiendo de la barrabasada cometida. Aquellos sí que éramos niños perseguidos, pero por nuestras madres. A estos que reparte el gobierno entre las comunidades autónomas, menos a la catalana y la vasca, no sea que se vayan a molestar y dejen de votar el que el culo de Pedro siga sentado en La Moncloa, no sé quién les persigue. Si son sus madres, zapatilla en mano, entiendo a la señora Elma, los niños están en peligro, por lo menos el culo de los mismos donde va a acabar el golpe de la zapatilla como caigan en las manos de esas madres que les persiguen, los vigilan, los acosan y encima no les dan de comer.
Pero si no son sus madres con la zapatilla en la mano, nos podría decir doña Elma quién es el monstruo que lo hace. ¿Quién persigue a estas criaturicas de Dios que tienen que cruzar el Mediterráneo con el peligro que supone? ¿Están huyendo de los acosadores de sus países? ¿Quién son esos acosadores, los conoce la ministra? Ante las declaraciones de la susodicha sobre los niños perseguidos, ¿qué podemos hacer los ciudadanos en España? ¿Creernos la persecución y luchar contra los perseguidores, ayudar en lo que se pueda a sus familias para que no se produzca el acoso a sus hijos, denunciar a los culpables? Eso sería intentar ayudar a los niños perseguidos y a esas familias que no quieren verse desprendidas de ellos. Pues no es eso lo que nos pide la señora Elma, ella solo quiere que les paguemos su estancia en hoteles en España, repartiéndolos por las comunidades, pero no por todas, ojo, ni la vasca, ni la catalana, que ellas tienen que votar al guapo y enamorado de la Moncloa, aunque anda en estos días más “chupaito” de cara que nunca, dicen que es porque le ha devuelto las cartas el delincuente catalán, el del mocho en la cabeza, y lo tiene peor que si hubiera sido Begoña la que le pide el divorcio.
A ustedes no les extraña que esa persecución de niños que llegan a nuestras costas, de la que nos habla la ministra por su comportamiento y sus declaraciones lo parece, solo ocurre con un sexo, el varón. A las niñas no se las persiguen, a las niñas sus madres no les levantan la zapatilla ni corren tras ellas, mi madre no lo hacía con mis hermanas, ahora que lo pienso. En cuanto a los perseguidores, si es que los hay, no parece que caigan en perseguir a las niñas. Ellas no deben ser acosadas por la sociedad que las gobierna, solo los niños varones. ¿Por qué será? ¿Tiene la señora ministra alguna explicación? Nos gustaría que la compartiera. Solo curiosidad.