Leo unas declaraciones del cardenal almeriense, Cristóbal López Romero, que ejerce su evangelio en la diócesis de Rabat, y que se nos hizo popular durante el pasado conclave, en el que su nombre estuvo como uno de los cercanos a lograr la mitra de Pedro, en las que nos decía: “Ninguna religión posee la verdad”. Estoy de acuerdo con ustedes en que normalmente un titular puede distorsionar la verdad de lo que se explica en el interior de todo escrito o declaración, sea este de un cardenal, como es la de López Romero o la de un simple mortal, católico o no. Pero no deja de tener importancia el mismo cuando se pone en boca de un prelado de la iglesia y no ha sido desmentido que se sepa hasta ahora. Estoy leyendo el artículo, al mismo tiempo que van llegando al ordenador los malos datos de la diócesis de Almería dados a conocer en estos días.
“Ninguna religión posee la verdad”, como no la posee ninguna partido político, como tampoco ningún grupo social, sindical, ong, o cualquier voz que se levante y grite con toda la fuerza de sus pulmones. Lo lamentable es que en vez de acercarnos a lo que nos dice el cardenal almeriense, y buscar un consenso en el que todos podamos vivir con nuestra pequeña o gran verdad, lo único que buscamos es imponer la nuestra a los demás. A veces con saña, otras con balas, no tienen por qué ser metálicas, las balas de la economía hacen daño, mucho más de lo que creemos, o las que leemos en los medios, hoy en las redes, donde nos insultamos, nos matamos los unos a los otros con una rabia inaudita. Sin olvidar los silencios vividos, algunas veces tan duros o más que los propios ataques recibidos.
Si todos nos acercáramos a las palabras de nuestro cardenal, si todos tuviéramos la serena tranquilidad de reconocer que no tenemos toda la verdad, e hiciéramos un pequeño esfuerzo por entender que enfrente puede haber una parte de esa verdad que todos buscamos, no estaríamos en el cielo, estoy convencido de ello, pero viviríamos bastante mejor de lo que lo hacemos ahora. Pero no veo a los partidos políticos bajándose cada uno de su burro, como tampoco lo harán los sindicatos, y que me dicen ustedes de las Ongs, creen que los ecologistas van a reconocer que los agricultores también tienen su verdad sobre lo que ocurre en el campo. Y así podíamos acercarnos a todos los sectores que conviven en una sociedad como la nuestra, que ha ido perdiendo los valores que la sostenían.
Mañana nos habremos olvidado de todo lo anterior y seguiremos con esta guerra abierta que se vive en España desde hace unos años, pero por lo menos, aunque sirva para poco, las palabras de un cardenal almeriense nos han hecho reflexionar sobre algo que no queremos aprender: “Ninguna religión posee la verdad”.
De los últimos datos de la Iglesia de Almería, preocupantes sin duda ante el desplome padecido, otro día.