El reconocido empresario Enrique Martínez Leyva, CEO de Plataforma por las Marcas, una agencia de publicidad que destaca por su liderazgo en la provincia de Almería, en Andalucía y entre las principales de España, ha presentado su libro “Humo en los Zapatos”. Durante una entrevista en 7TV Almería, Martínez Leyva, que tiene 77 años, ofreció una extensa y detallada reflexión sobre su vida, sus inicios profesionales y la transformación que ha experimentado la provincia de Almería en las últimas seis décadas, un enfoque que dota de especial relevancia el contenido de su obra para el contexto almeriense.
Martínez Leyva rememoró sus orígenes en el Poniente de Almería, una zona que él conoció "hace 60 años, cuando iba en bicicleta, desde la Venta del Viso al Parador, que era una venta, o Aguadulce, que no vivían más de 4 o 5 familias". El empresario se mostró asombrado por la evolución de la zona, una transformación que le trajo a la memoria las palabras de su madre, Dolores Leyva: "mi madre cuando decía, Enrique, esto será la California de Europa. Y yo decía, mamá, ¿qué estás viendo? Fíjate qué visión tenía Dolores Leyva".
A pesar de las dificultades personales, como quedar huérfano a los 4 años y afrontar la ruina en varias ocasiones, Martínez Leyva asegura que a sus 77 años conserva la ilusión de aquel niño de la Venta del Viso, aunque las cosas en aquel entonces las viera "en blanco y negro" por el luto y la pérdida de familiares. Recordó que en el vasto territorio que se extendía "desde Aguadulce hasta la cuesta de los Alacranes de Adra, incluido El Ejido, y si quitas un poco Roquetas no vivíamos más de mil personas". Sin embargo, guarda un recuerdo a color de "los amaneceres, porque desde el Viso se ve el Cabo de Gata y se ponía el sol por la Sierra de Gádor, ahí por las dos teticas de las dos Hermanas", y de los libros que le dio a leer su madre, y que luego comentaban "al borde de una balsa que teníamos en la Venta del Viso, junto a la Rambla de Carcaúz". En clave de Poniente, el empresario se refirió también a la zona de La Mojonera, recordando que es "un territorio muy inundable, ojo con las ramblas, la Rambla del Carcaúz, la Rambla de Vícar, todas esas ramblas tienen una desembocadura muy corta, y algunas no terminan en el mar, terminan en la zona indorreica de La Mojonera Las Norias, se llamaban Las Norias de Daza, no sé si siguen llamándose así".
Martínez Leyva reveló que sus primeras intenciones profesionales se orientaron hacia la radio, un medio que fue "mi gran vocación". Escuchaba la radio "desde la Venta del Viso, cuando yo la escuchaba con un transistor y una antena que me coloqué de cobre en el terrao". En aquel entonces, Almería solo contaba con dos emisoras, Radio Juventud y AJ-60, Radio Almería, pero por la noche llegaban emisoras de Madrid, París o Praga, y fue ahí donde se "enamoré de la radio". Aunque un director le dijo que no valdría para hablar ante un micrófono, Juan José Pérez, director de Radio Juventud, le dio la oportunidad de hacer su programa, el popular Disco Horas 7, que luego se llamó Musicolandia, y los domingos Plataforma Mundial del Disco, con "una audiencia arrolladora". Más tarde, montó el programa De Costa a Costa durante 15 años, un proyecto con una audiencia "fantástica en Málaga, en Cádiz, en todo el Mediterráneo", que se emitía a través de Radio Melilla, Radio Almería, Radio Ceuta y Radio Algeciras.
El salto a la publicidad se produjo ante la necesidad de centrarse después de una primera ruina con negocios en el mundo del espectáculo. Siguiendo la visión de su madre, Dolores Leyva, se preguntó dónde podría ganar dinero y la respuesta fue "en la publicidad", momento en el que fundó Plataforma de manera independiente. Precisamente, el título del libro, Humo en los Zapatos, hace referencia al enorme trasiego que le supuso la expansión de su actividad, primero en la Comunidad Autónoma, llegando a Granada y Sevilla, y luego por toda España, con oficinas en Madrid durante 20 años y trabajos en Barcelona. El empresario confiesa haber recorrido "3 millones de kilómetros" en coche entre los 30 (edad a la que se sacó el carnet) y los 77 años, con clientes de la envergadura de Mafre y Securitas en Madrid, Zurich Internacional en Barcelona, o la Confederación Hidrográfica del Júcar en Valencia.
El hecho de mantener la sede de su agencia en Almería, a pesar de que gran parte de su volumen de negocio se genera fuera, fue un punto destacado, aunque Martínez Leyva se mostró humilde: "yo soy un pequeño y humilde". En este sentido, reconoció el valor de mantener las raíces y no trasladar la sede fuera de la provincia de Almería, algo que atribuyó también a otras grandes empresas almerienses como Cosentino y Cajamar. Respecto a Cajamar, remarcó que para él es "un espejo de más de 45 años", y recordó que el diseño y la puesta en escena del nombre Cajamar fue una obra de Plataforma, registrando las marcas Cajamar y Cajasol. Se sintió orgulloso al ver que es la "octava potencia financiera a nivel de España desde este rincón del sur". También destacó su aprendizaje de líderes como Paco Cosentino, de quien dijo haber estado "en el principio de Silestone, y con el primer fracaso de Silestone", hasta que la empresa se reinventó y se convirtió en líder mundial.
Plataforma ha estado detrás de grandes proyectos de comunicación y eslóganes, pero Martínez Leyva destacó que la agencia también lideró dos grandes iniciativas ciudadanas de gran impacto en la provincia de Almería, ya que en aquellos tiempos "nuestra Almería estaba un poco como apática, como con miedo a la hora de manifestarse, de opinar".
Una de ellas fue la Asociación Cívica Pro Rambla. El empresario se "tiró al ruedo" asumiendo el coste personal de un millón de pesetas que nunca le pagaron, a pesar de las promesas de varios alcaldes, para llenar Almería "entera la llené de carteles, de cuñas de radio", y crear una canción que se hizo célebre: “queremos la Rambla para un nuevo parque”. Este movimiento movilizó a 35.000 almerienses y permitió que la Rambla "hoy vertebra por seis kilómetros desde el mar hasta arriba a la Plaza de Europa, una ciudad cuando aquello era un estercolero y un peligro público número uno cada vez que venía una ramblada".
La otra iniciativa clave fue la campaña Almería sin Salidas, que se activó al percatarse de que los políticos no se habían enterado de que Europa había diseñado la E-15 para pasar por Almería hasta Cádiz, con un 80% de fondos europeos. La campaña "puso verde y rojo a más de uno que se plantó en Madrid, en ABC, que se plantó en El País, imagínate las ampollas que aquello levantó". Esta acción hizo que los gobiernos se movieran y que, en 1995, se construyera la actual E-15, que permite a los miles de camiones que pasan por la provincia al día evitar el "puerte de Rioja ni por el parque de Almería".
Martínez Leyva también abordó momentos singulares de su trayectoria, como el frustrado concierto de Aguaviva en La Alcazaba en los inicios de la Transición, relacionado con el asesinato de Javier Verdejo. Aunque el gobernador civil le dio permiso con la censura de las letras, le pidió suspenderlo el día del evento, el cual se llevó a cabo con una gran afluencia de jóvenes.
El empresario mencionó las dificultades iniciales para fundar su agencia. En aquel tiempo, se requería un título del Ministerio de Información y Turismo y el beneplácito del Sindicato Vertical de la Asociación de Prensa, Radio, Televisión y Publicidad. La idoneidad profesional le fue negada por tres veces, hasta que tuvo que trasladar el domicilio social de su empresa, Plataforma, a Melilla, gracias a la ayuda del director de Radio Melilla, para conseguir el certificado que le permitió obtener el número 909 de agencia en 1976.
En el libro se abordan también las "corruptelas", como la forma en que se intentaba que unos pocos se repartieran los contratos de publicidad, o las dificultades para conseguir una licencia de radio. A pesar de haber elaborado proyectos para emisoras en Almería y el Poniente, las licencias "se las dieron normalmente a los más amigos", aunque después los concesionarios vinieron a él para que las montara. Gracias a eso, Martínez Leyva pudo montar Antena 3 en El Ejido y Mojácar, y fue el encargado de crear las emisoras de Antena 3 Radio en Cádiz, Sevilla, Córdoba y Almería, que fueron el origen de la actual Antena 3 Televisión.
Pese a que sus hijas llevan la compañía desde hace casi una década, Martínez Leyva sigue trabajando y mantiene una visión optimista sobre el futuro de la publicidad, el marketing, el mundo digital y la inteligencia artificial, temas que aborda en los capítulos finales de su libro. El empresario, que salió adelante con un "bachiller elemental", atribuye su éxito a la escucha y a una serie de máximas que comparte en su obra como un "pequeño manual" para cualquier emprendedor.
Subrayó la importancia de la dedicación, señalando que "sin sacrificio, sin rigor, sin regularidad, cada día es difícil triunfar", y que es fundamental "estar enamorado de lo que se hace para enamorar, porque vender es enamorar". También reflexionó sobre la suerte: “La suerte es el atrevimiento de cada día cuidando los detalles y pensando en los demás". Y concluyó resaltando el valor de "escuchar, porque escuchar es lo más importante para aprender".