Opinión

Europa a cambio de nada

Anabel Lobo | Miércoles 23 de abril de 2014
Queda en la sangre de los habitantes de la península ibérica y de sus ínsulas, como moneda de cambio del afán imperialista que se nos escapó hace ya siglos de las manos, un inusitado ansia de poder, que a veces nos confunde. Y nuestra confusión hace años que se llama Europa. ¿Quién de ustedes no tiene un logo de la Comunidad Europea en casa, ya sea en una carpeta, un bolígrafo, o una pulsera?. ¿Cuántos de ustedes no ha viajado más hacia el sur de Europa que hacía el más cercano norte de África?. ¿Por qué desdeñamos el origen que nos une al Sur y miramos sólo al Norte?. Yo no sé si somos auténticos europeos, o si sólo lo estamos intentando. Y así creo que nos ven ellos, una clase baja europea que insiste en el “quiero y no puedo”. Esperemos todos que esta situación cambie algún día, y dejemos de ser europeos de baja estofa, porque ahora mismo, es lo que somos los que quedamos aquí. Otra cosa son los jóvenes profesionales que estamos cediendo al resto del territorio “europeo”, mentes brillantes que estamos perdiendo a cambio de nada. O eso parece.

Algo similar puede extrapolarse a nivel nacional. Al igual que en Alemania se preocupan más de la situación de sus países limítrofes, en Madrid se preocupan más de lo que sucede en Cataluña o en el País Vasco, por poner dos ejemplos simples, que en la propia Andalucía. A los madrileños les preocupa más qué clima habrá en vacaciones en la costa andaluza que los problemas que puedan tener los agricultores de la zona. Sólo cuando hay algún tema de corrupción política, sale a la palestra Andalucía. Vemos imágenes de Andalucía en televisión cuando son las fiestas de Semana Santa o de la Feria de Abril, o las imágenes de las playas. Pocas veces vemos, salvo cuando hay un suceso realmente importante, noticias serias de Andalucía, y sino fíjense un poco en cualquier telediario que no esté hecho en la propia tierra. Una pena prescindir en las noticias de la mano que te da de comer, porque parece ser que este año Andalucía ha salido ganadora en cifras económicas respecto al resto de provincias, a pesar del castigo del paro.

Veremos si la Presidenta de la Junta de Andalucía, a la que tanto parecen gustarle las capitales, y no sólo las de provincia, es capaz de hacer cambiar de punto de vista al Gobierno Central. Tiene una tarea muy difícil, pero quizás lo puede conseguir, porque a mi me parece que todavía nadie lo ha intentado, así que démosle al menos un voto de confianza a esa Señora Presidenta que tan fuerte ha despegado.

Nos confundió en su momento el cambio de la peseta al euro, nos confunde que Alemania como patrón de moneda europeo, tenga el poder de influir sobre nosotros para hacernos pagar, y nos confunde aún más que un Tribunal que algunos todavía consideramos extranjero, es decir, el de Estrasburgo, apruebe que en territorio nacional tengamos que agachar la cabeza mientras vemos a violadores de niñas salir de la cárcel.

Parece que al pueblo español le ha salido cara la negociación que hicieron los socialistas en el proceso para negociar la paz con los etarras, parece que simplemente negociaron la derogación de la doctrina Parot sin previsión de los hechos, y esto nos ha llevado al actual estado de las cosas, ese que nos da miedo, ese que nos dice a los que vivimos en Madrid y tenemos hijas que Ricart estaba durmiendo a menos de diez minutos de distancia de nuestras casas, concretamente en una pensión de la Gran Vía, ese que ha permitido que asesinos ya no sólo de varias personas, sino de familias enteras que nunca volverán a ser las mismas, salgan de sus cárceles y sean homenajeados por todo lo alto.

Esperemos que al menos no se hiciera con un fin político sino simplemente para alcanzar la paz, costara lo que costara.
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