Juan Megino | Miércoles 23 de abril de 2014
Soy de los que piensa, y es posible que alguien más esté conmigo, que el mayor riesgo para la convivencia en España, a medio y largo plazo, lo constituye el asunto catalán, y quizás el vasco, muy por encima del problema económico, del paro o la corrupción, temas que en las encuestas de opinión encabezan la mayoría de las preocupaciones ciudadanas.
Este fin de semana está teniendo lugar un simposio en Barcelona, auspiciado, organizado y financiado por el Gobierno catalán, con historiadores de su cuerda e ideas, pretendiendo demostrar que durante tres siglos, exactamente desde 1714, España viene explotando a Cataluña en todos los campos imaginables.
Las ponencias de ese simposio, sin la presencia de otros historiadores que pudieran discrepar de la posición oficial ya definida de antemano, permiten avanzar que las conclusiones están ya de decididas.
En los folletos editados para este evento, además de las informaciones contenidas en una página web, que incluyen importantes patrañas históricas, tratan de explicar los extraordinarios beneficios que, para aquella Comunidad, traería independizarse de España, utilizando argumentos absolutamente falaces, que no han recibido ni un solo respaldo internacional, sino todo lo contrario.
Como argumento básico, se arguye textualmente que “Cataluña sería un país surgido de la disolución de España”. A partir de esta mentira, se construye una sarta de disparates, cuando no auténticas falsedades.
Como yo no creo en las casualidades, coincidiendo con el inicio del simposio, los partidos políticos independentistas de Cataluña, han llegado a un acuerdo sobre la fecha y el texto del referéndum, absolutamente ilegal, reconocido por analistas y juristas, por más que intenten enmascararlo con la denominación de consulta sobre un más que cuestionable derecho a decidir solo por los catalanes.
El referéndum será, si no hay quién lo remedie, el 9 de Noviembre de 2014, figurando en las papeletas 2 preguntas. Primera: Quiere que Cataluña sea un Estado y segunda, si la respuesta es que sí, quiere que sea un Estado independiente.
Por fin, definitivamente, se han quitado la careta y ya hablan abiertamente de independencia.
A este nivel de chulería se ha llegado por el excesivo entreguismo que, desde hace muchos años y por diversos Gobiernos, especialmente durante el gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero, se viene teniendo con Cataluña, con el pretexto de la gobernabilidad y la estabilidad, con Gobiernos de España minoritarios.
Esta no es la situación actual. El Partido Popular, tras las últimas elecciones municipales, autonómicas y generales, ha conseguido el mayor poder que ningún Partido había alcanzado nunca desde la llegada de la democracia.
Es el momento de actuar por parte del Gobierno, pero mucho antes de que el referéndum se celebre, pues, tras el mismo, seguramente estaríamos ante situaciones irreversibles de enorme calado social.