Opinión

Almería y Antonio de Torres

Luis Rogelio Rodríguez | Miércoles 23 de abril de 2014
La importancia de lo que significa el nuevo museo que el Ayuntamiento acaba de inaugurar en Almería, dedicado a la obra del prestigioso lutier almeriense Antonio de Torres se explica bien en dos aspectos: el reconocimiento de la creatividad y el orgullo en la proyección de la trayectoria de los almerienses que han apostado por la excelencia. Sobre estas bases, estoy seguro de que este Museo generará prestigio y atractivo para Almería. Como Alcalde, me siento especialmente satisfecho por el paso que hemos dado, porque este museo es fruto de un trabajo tan minucioso como generoso, que además nos permite aumentar el patrimonio de espacios culturales en nuestra capital, que ya cuenta con lugares como el CAMA, la Casa del Cine o los Refugios de la Guerra, y que en breve dispondrá también del centro de Interpretación de la Plaza Vieja o del futuro museo de la Casa Romero-Montoya en la Plaza Circular.

Los museos contribuyen al desarrollo, el progreso y el bienestar de las ciudades. Y ahora, en periodos complejos y de crisis, el papel de los museos continúa siendo fundamental, puesto que ofrecen a los ciudadanos la posibilidad de ampliar conocimientos, aumentar sus inquietudes y ampliar sus horizontes.

La guitarra, o ese “corazón malherido por cinco espadas”, como dijo Federico García Lorca en su “Poema del Cante Jondo” es, sin duda, el instrumento musical español por excelencia. Y este Museo explica la relevancia que para la historia de ese instrumento universal ha tenido y tiene la figura del almeriense Antonio de Torres. En las diferentes salas que lo conforman, se recuerda que su aportación como constructor de guitarras fue tal, que los guitarreros de España y Europa adoptaron sus reglas, convirtiendo su modelo a partir de entonces en el canon de la guitarra clásica contemporánea. Lo que diferenciaba a las guitarras de Torres de las anteriores era el sistema de refuerzo, con varas de madera en abanico en el interior, lo que conseguía aumentar el tono y el volumen de sonido para los conciertos en grandes auditorios, al tiempo que aumentaba el tamaño de la guitarra y reducía el grosor de la tapa.

Y ese cambio que permanece en el tiempo nació aquí; en Almería, de las manos de un artista de relevancia mundial que desde ahora tendrá un espacio museístico específico en su ciudad.