Opinión

¿De qué puede ir dando lecciones Susana Díaz?

Javier A. García | Miércoles 23 de abril de 2014
El principal problema de la inconsistencia y la levedad intelectual de algunos políticos es que al final se les acaba notando. Los andaluces tenemos ahora como presidenta de la Junta a una mujer, Susana Díaz, que heredó el puesto directamente por conveniencia política interna del PSOE y a través de unas primarias amañadas, sin que hubiese otros argumentos de peso o experiencia que la hicieran idónea para semejante cargo. Y si con semejantes mimbres poco o nada podríamos esperar de ella, más desoladora resulta la representación que hace la señora Díaz de todos los andaluces cuando se la pretende aupar al rango de estadista o pensadora de prestigio. Por incomprensible que parezca, el PSOE quiere ver en la señora Díaz una apuesta de futuro y de proyección política nacional, y la saca a dar conferencias, recetar remedios y pontificar sobre lo divino y lo humano, mientras las necesidades reales de las familias andaluzas resultan desatendidas. Y así se dan circunstancias tan llamativas como tener que ver a la señora Díaz, presidenta de una de las comunidades autónomas con peor situación económica de toda Europa, criticando la gestión fiscal del gobierno autónomo de Madrid, que acaba de anunciar una importante bajada de impuestos para los madrileños. Los socialistas tienen aversión a la bajada de impuestos y prefieren tener a los ciudadanos bajo el permanente peso de la recaudación para, de este modo, seguir dando muestras de su escaso respeto por el dinero de los contribuyentes que luego distribuyen a su antojo en subvenciones y derroches. La endeblez del discurso y las ideas repetidas por la señora Díaz se demuestra en los hechos: después de treinta años de gestión de modelo socialista, Andalucía sigue a la cola de todos los indicadores de calidad de vida y desarrollo en España. Por lo tanto, resulta bochornoso escuchar críticas de fondo y la aportación de recetas y soluciones políticas y económicas a la presidenta de una comunidad que, por ejemplo, arrastra un vergonzante 36% de paro. Susana Díaz juega a ser como el Maestro Ciruela, el que sin saber leer puso una escuela, porque lo cierto es que en Madrid, que tiene bastante menos población que Andalucía no sólo se recauda más, sino que también existe más empleo. Por otro lado, el ofrecimiento de Susana Díaz al PP andaluz para formar parte de los acuerdos de concertación social es un nuevo invento del socialismo andaluz para tapar su fracaso en materia de empleo: un millón y medio de andaluces en paro pueden dar fe de ello.