Luis Rogelio Rodríguez | Miércoles 23 de abril de 2014
Ante el decisivo partido que esta mañana va a disputar la UD Almería ante el Celta, sólo cabe una reflexión y una consigna: es tiempo de ganar, de ganar y de volver a ganar, como sentenció en su día el inolvidable entrenador Luis Aragonés. Y es que la permanencia de nuestro equipo en Primera División es algo más que una cuestión meramente deportiva. No hay institución o empresa almeriense que pueda sufragar el coste real de los impactos publicitarios y de promoción que generan la presencia de su marca en un ámbito de distribución tan global y multiplicador como es la Liga de Fútbol Profesional de España y su Primera División. Por lo tanto, y qué duda cabe de ello, para el Ayuntamiento de Almería es extraordinariamente importante que nuestro equipo, la UD Almería, consiga superar el reto de mantenerse en Primera con coraje, con convicción y modestia. Para ello, colaboramos con el club en multitud de aspectos y siempre desde la convicción de que apoyar al equipo es apoyar también a nuestra ciudad. Pero ni el marketing es una ciencia exacta, ni el deporte tiene fórmulas fijas de éxito. Todos somos conscientes de la importancia que para el futuro de este proyecto deportivo y social van a tener las próximas semanas. El club ha hecho un esfuerzo y ha puesto en marcha una política de precios que permitirán llenar el Estadio Mediterráneo de una afición que puede y debe ser, a la vez, pulmón, garganta y alas. Por eso estoy convencido de que tanto el cuerpo técnico como la plantilla y la directiva están hoy, más que nunca, centrados y motivados para lograr el éxito que no sólo se necesita, sino que también se merece. Nadie se coronó con éxito en la calma y nadie triunfó en la placidez de las circunstancias. Ante situaciones complicadas, ganan los que saben dar el mejor de sus esfuerzos. Y eso, estoy seguro, va a pasar esta mañana cuando el balón se ponga a rodar. Tenemos por delante el tramo final de una campaña en la que lo único que está decidido es que en Almería está prohibido bajar los brazos en la cancha y en la grada. ¡Vamos Almería; vamos, campeón!