Opinión

¿Elecciones europeas?

Juan Megino | Domingo 18 de mayo de 2014
El próximo día 25, millones de españoles y europeos estamos llamados a las urnas para elegir el nuevo Parlamento que dirigirá Europa en los próximos 5 años, por tanto, dentro de una semana exacta nos estaremos enfrentando a la jornada de reflexión que en esta ocasión parece más obligada y difícil que nunca.
En pura teoría, las campañas electorales con 15 días de duración, aunque esta haya sido interrumpida dramáticamente por el vil asesinato de la Presidenta de la Diputación de León y Presidenta del Partido Popular de esa provincia, pareciera tiempo más que suficiente para que todos los ciudadanos tuviéramos totalmente claro el sentido de nuestro voto, siempre y cuando los Partidos Políticos participantes (en mi opinión demasiados, con el riesgo de una excesiva atomización del Parlamento) se hubieran dedicado a explicarnos sus distintos modelos de Europa, el significado real de estas elecciones y su importancia para el inmediato futuro de nuestro país. Sin embargo esto no ha sido así, con lo que la confusión y el distanciamiento de ese ente lejano que es Europa se ha hecho aún más manifiesto.
Las encuestas ciudadanas nos están hablando del escaso interés ante estas elecciones, unido a la realidad de una desafección real de la política y de los políticos por muy diversos motivos, y lo que es más grave, el desconocimiento por una parte importante de la población de la existencia de las elecciones mismas, señal inequívoca del poco interés institucional para incentivar la participación y el voto de la enorme cantidad de euroescépticos, algo nada sorprendente si tenemos en cuenta que el propio Partido Popular tardó demasiado tiempo en nominar su cabeza de Lista, como si tal hecho no fuese importante.
Sabido es que la pertenencia a Europa con todas sus consecuencias, lleva consigo la inmediata pérdida de soberanía que en España se ha puesto de manifiesto con la imposición de duras condiciones económicas, lo que ha impuesto la adopción de enormes sacrificios, sin haber llegado a la enorme problemática originada a los países intervenidos.
Los Partidos Políticos españoles, en general, han utilizado la campaña para arrojarse agravios entre sí, e incluso para señalar la profundidad de las diferencias entre ellos existentes, en temas como por ejemplo el aborto, que de ninguna manera es competencia Comunitaria, habiendo perdido la oportunidad de explicarnos claramente que supone nuestra incorporación a Europa, sus problemas y sus ventajas, para intentar acortar la lejanía que, sin duda, se percibe en una importante mayoría de españoles. Es necesario ver a Europa no como un problema, sino como una oportunidad que garantice la solidaridad entre países tan diferentes en lo cultural, los niveles de desarrollo y bienestar y con economías tan diferentes a la nuestra. La clave de la campaña ha sido nacional, y de ello ya sabíamos bastante. De verdad, ¿las elecciones son europeas? El debate televisivo entre los cabezas de Lista ha reafirmado esta impresión pues más que un debate sobre Europa pareció un debate sobre el estado de la nación, todo ello independiente de quien resultará ganador del mencionado debate.