Luis Rogelio Rodríguez | Domingo 14 de septiembre de 2014
Igual que usted, yo también he sentido una sensación a mitad de camino entre el estupor y la indignación al ver a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, recorrer sonriente los centros de salud materno-infantil que su gobierno (PSOE-IU) financia en Marruecos. Con el solar destinado al materno-infantil almeriense en barbecho, es duro ver que la presidenta que aseguraba llevar a Almería en su corazón prefiera destinar recursos a que las madres marroquíes tengan mejores y más fáciles partos mientras deja en la estacada a las madres almerienses que esperaban ver cumplida la promesa de la Junta de Andalucía de tener un moderno centro materno-infantil junto a Torrecárdenas. Una primera piedra y muchos años de olvido y abandono: eso es todo lo que la Junta ha hecho por Almería en ese terreno, mientras tenemos que ver a la presidenta y su comitiva paseándose sonrientes por uno de los veintidós (sí, 22) centros de salud materno-infantil que la Junta ha financiado en Marruecos al mismo tiempo que olvidaba el centro prometido y anunciado para Almería. Animo desde aquí a los que en muchas ocasiones rebaten apasionadamente el discurso del desafecto entre el gobierno socialista de Sevilla y la provincia de Almería las razones que llevan a una presidenta a preferir invertir en salud en Marruecos antes que en una provincia que, por lo dicho, está lo más hondo de su corazón. Y es que esta visita de la presidenta Díaz a una infraestructura que ha negado a Almería pero que ha regalado a Marruecos supone una de las mayores muestras de desaire y altivez de las muchas que el socialismo sevillano ha tenido con los almerienses en estos últimos treinta años. Cuando hay necesidades evidentes en la población de tu Comunidad no se puede ir por ahí jugando a la estadista mundial que no eres destinando recursos que luego tienes que negar en Almería con excusas tan vergonzantes como que un hospital no es necesario en Almería, como tampoco es necesaria la Casa del Mar. ¿Y si no eran necesarias, para qué las prometían? Comprendo que muchas mujeres almerienses se sientan insultadas por la Junta de Andalucía cuando demuestra semejantes niveles de desinterés por facilitar un mejor nacimiento a sus hijos, al tiempo que ven a doña Susana Díaz deshaciéndose en sonrisas y besos mientras recorre los centros de salud que la Junta hace en el extranjero. Alguien debería pedir perdón a los almerienses por este nuevo disparate.