Juan Megino | Domingo 21 de diciembre de 2014
En estos días, se está hablando y escribiendo muchísimo sobre la iniciativa del Presidente de la Comisión Europea, de ayudas por valor de hasta 315.000 millones de euros, en los próximos años, para incentivar la inversión en la Unión Europea, en diversos campos de actividad.
Hay que empezar diciendo que la aportación económica inicial será de 21.000 millones, cantidad en principio suficiente que sumada a las aportaciones de los Gobiernos y de la iniciativa privada permita llegar a la cifra inicial anteriormente mencionada.
Como la situación económica en Europa no es demasiado boyante, ya han llegado propuestas de los posibles países beneficiarios por valor de más de 1 billón de euros (billón con b ), lo que obligará necesariamente a la Comisión independiente creada al efecto, a analizar en profundidad esos proyectos y seleccionar aquellos que se consideren más prioritarios a los objetivos previstos. Son más de 2.000 los proyectos presentados para toda Europa.
Como era lógico, España ha hecho sus deberes y ha solicitado incluir proyectos de carácter nacional por valor de 53.000 millones, en actuaciones no excesivamente concretadas.
La Junta de Andalucía también ha pensado en estos fondos para ejecutar proyectos de su competencia, muchos de ellos incluidos en anteriores presupuestos andaluces y no ejecutados. Los proyectos andaluces sí se han conocido y supondrán, de realizarse, inversiones en torno a los 15.000 millones, alguna de las cuales podrían venir a Almería, y es aquí donde surgen las primeras interrogantes sobre las posibilidades de Andalucía.
A los grandes escándalos con las prejubilaciones irregulares que han caracterizado a los ERE, muchos de ellos presuntamente delictivos, y al descontrol casi absoluto que ha existido en los Cursos de Formación para desempleados, con una cifra defraudada que, según la Cámara de Cuentas andaluza, alcanza a 746 millones de Euros, esto es, más del 40% del gasto realizado entre los años 2009 y 2010, sin ningún tipo de justificación, de fondos financiados en gran medida por la propia Unión Europea.
El último escándalo conocido, hasta ahora, corresponde a las ayudas a los autónomos, con gasto realizado entre 2007 y 2013 por valor de 331 millones de Euros, de los cuales, según el propio informe de la Cámara de Cuentas, más del 50% tendrán que reintegrarse a la Junta por “falta de justificaciones del uso del dinero, por justificaciones insuficientes o sencillamente fraudulentas”.
Si tenemos en cuenta que vivimos en una Comunidad con un 35% de desempleo (10 puntos más de la media nacional), habiendo recibido ayudas para, en parte, solucionarlo, bajo sospecha, en la reunión que el próximo día 22 van a mantener el Sr. Rajoy y la Sra. Díaz, habrán de hilar muy fino para resultar convincentes ante la Comunidad y que alguna parte de ese “maná” pueda llegar a alcanzarnos.