Es evidente que el señor Martín desea tener Pedro Sánchez para rato. Si Pedro deja el gobierno, él puede perder su trabajo, su buen sueldo y sus prerrogativas como gobernando civil de la provincial. Entiendo la defensa que hace del trabajo del hombre que paga su sueldo, ese que sale de los bolsillos de los ciudadanos, cansados de pagar impuestos, entre ellos los de los vecinos almerienses. Que quiera convencer de las bondades del gobierno de su partido, aliado con los delincuentes más genuinos del panorama político español, es su derecho en un país libre, por lo que espero y deseo que ese gobierno no saque leyes que impidan que los demás hagan lo mismo, su derecho a la crítica, a la defensa de sus ideas, como él y sus compañeros hacen en los medios escritos. Se pueden compartir o no las ideas que defiende el señor Martín en sus comentarios, pero deben ser respetadas, como imagino que hace él y sus colegas con las de los demás, les gusten o no.
Con lo que no se puede estar de acuerdo es cuando se juega con la verdad, sobre todo esa que marcan las matemáticas y con las que el señor Martín jugaba cuando nos manifestaba que España se mantiene en el 2,1 por ciento a la hora de pagar a la Nato, por la defensa de una Europa unida, que no vamos a pagar más, por lo que no se va a poner en peligro el estado del bienestar. Imagino que no quería entrar en el juego de la verdad don José María, que el escrito fue realizado horas antes de que nos enteráramos de que lo firmado por el presidente de España, era lo mismo que habían firmado todos y cada uno de los países miembros de la Otan, el 5 por ciento. Hasta Meloni lo dijo alto y claro: España ha firmado lo mismo que todos los demás. Lo del 2,1% solo es sopa para gansos.
Entra dentro de la crítica política el que se nos quiera engañar sobre el estado del bienestar y ese tanto por ciento a pagar, del que no sabremos nunca su totalidad, sabiendo la opacidad de los gobiernos a la hora de hablar de los gastos de defensa, y del nuestro en toda causa que se precie. Es posible que los ciudadano seamos tontos de capirote (por cierto, me alegro que el obispo haya salido bien de su operación y se encuentre con ánimos para enfrentarse a ese complejo mundo de los católicos), pero están empeñados en decirnos que si hay más gasto en defensa adiós al estado del bienestar. Si quieren, si se ponen a quitar grasa de los gastos superfluos del estado, lo mismo no hace falta tocar la sanidad y la educación, pilares de ese bienestar, ni las jubilaciones, así como los gastos por desempleo. No me veo en la tesitura de ser el que les diga de donde pueden sacar dinero sin dañar ese estado, ustedes lo saben, son cientos de miles los que viven de esos dineros que salen del bolsillo del contribuyente y que se pierden por los oscuros callejones de la administración. Por Dios, no nos crean tan tontos, y menos de capirote. Lo último es leerles que los que delincuentes catalanes que dieron un golpe de estado con el dinero de todos los españoles son unos ingenuos. Y a unos ingenuos, pobretes, como no les das una amnistía. Ingenuo, seguro, lo es también Santos Celdrán para estos caballeros sanchistas.
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